Por Adrián Moreno
Un acontecimiento casi único se dará en los próximos días
con el que se involucra a la comunidad de la Comarca Andina. Se trata del
juicio oral que se realizará en la localidad de El Hoyo, por la causa que
investiga el asesinato de Matías Albornoz.
El joven remisero de El Bolsón, fue asesinado el 13 de
febrero de 2016, en la madrugada de un sábado y su cuerpo fue hallado a pocos
metros del cruce del Paralelo que divide a las provincias de Río Negro y
Chubut. Esa última característica generó que el proceso investigativo y las
audiencias preliminares que llevaron a la instancia oral, se realizaran en los
tribunales de Esquel. Sin embargo, lo que podría aparecer como un
inconveniente, aunque de hecho, durante el largo año de pericias y cruces
obligatorios entre los familiares de la víctima y los presuntos autores lo fue,
surge a la vez como una luz esperanzadora tras conocerse el respaldo de toda la
comunidad hacia la familia Albornoz.
Más allá de las implicancias de un acontecimiento delictivo
que culminó con la vida de una persona, la muerte de Matías Albornoz dio origen
a un conjunto de iniciativas que fueron sumando presencia en los ámbitos
judiciales, no sólo por parte de su padre, Luis Albornoz, figura emblemática en
el reclamo y el resto de la familia, sino de toda la sociedad que manifestó su
acompañamiento, incluso desde lo institucional. La presencia de concejales y
funcionarios del Ejecutivo de El Bolsón en todas las audiencias y el origen de
un dispositivo que fue en crecimiento, relacionado con la toma de conciencia,
charlas y actos en los que se manifestó por el pedido de Justicia, fueron parte
de un vertiginoso año para los familiares que hoy expresan que “nunca se
sintieron solos”.
Esos hechos que fueron acompañados por un respeto inesperado
-al menos-, por parte de las autoridades judiciales, incluyendo a la Fiscalía y
al juez, convirtieron a la triste noticia en una lucha y militancia, ya no para
recuperar lo imposible (la vida de Matías), sino para que “algo así no vuelva a
ocurrir” y para que “otras víctimas o familiares no deban pasar por el cruel
proceso que significa tener que rogar por justicia luego de haber perdido un
ser querido tras circunstancias violentas”.
Pero los hechos no culminaron allí, las comunidades de El
Hoyo y Lago Puelo (localidades vecinas de El Bolsón que forman parte de la
Comarca Andina), también se sumaron a través de sus representantes, tanto desde
el Concejo como desde las respectivas intendencias, al pedido para que el
juicio se realice en la propia Comarca.
Un trámite administrativo para algunos (incluso podría ser
para los propios funcionarios judiciales) y una posibilidad esperanzadora que
muestra al servicio de Justicia cercano a los ciudadanos. Circunstancias a las
que se sumó, por ejemplo, la presencia de Silvia Irigaray, una de las
referentes de la organización Madres del Dolor, quien tomó el caso como propio,
acompañando a la familia de Matías en las audiencias de mitad de año y quien
estará también presente en los alegatos que se estiman para el próximo 13 de
febrero, a un año del asesinato.
Los 170 kilómetros que separan a El Bolsón de Esquel, fueron
testigos del dolor y la desesperación de Luis Albornoz y su familia y los
integrantes de la comunidad que, en caravana, decidieron marchar y estar
presentes en cada una de las audiencias. Pero esa distancia se acortó, gracias
al pedido de la sociedad y la decisión del Poder Judicial de Chubut que supo
escuchar el reclamo y tuvo la visión necesaria para comprender el esfuerzo
comunitario, ya que los ciudadanos de la Comarca colaborarán, durante los días
del juicio, algunos con plazas hoteleras para los funcionarios judiciales,
otros con el lugar donde se llevará a cabo el Juicio (en una escuela), otros
con disponibilidad de vehículos y otros, simplemente estando, algo fundamental
que logró mantener de pie a Luis Albornoz, a la mamá de Matías, a su mujer y a
su pequeña hija de cuatro años. No es sencillo sacar a los jueces de sus
recintos y en esta oportunidad se pudo lograr, por el esfuerzo en conjunto, por
la tenacidad de la familia y por un acompañamiento que podría ser indicado como
inaudito.
La sociedad de El Bolsón y la de las localidades linderas,
serán testigos en los próximos días, de la resolución judicial respecto de un
hecho aberrante que, además, muestra el dolor más grande que se puede tener
como es la muerte de un hijo. Pero a la vez, podrá presenciar un logro, quizás
exclusivo, que no pudo haberse concretado sino a través del esfuerzo
comunitario. El próximo 7 de febrero comenzará el juicio en la localidad de El
Hoyo y se presume que durará hasta el 14. Un juicio que espera resultados
positivos y que tiene expectativas, desde luego, por parte de los familiares y
los seres queridos. Pero también, un conjunto de circunstancias que dan clara
muestra de que las sociedades sólo pueden superar la violencia a partir del
trabajo en conjunto y el acompañamiento a sus víctimas y familiares.
Una esperanza en la Justicia que, por fuera de la frialdad y
la imparcialidad que se espera de los magistrados, ha sabido interpretar un
pedido comunitario, dejando para el futuro, un precedente digno de ser
valorado.
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