martes, 17 de septiembre de 2013

Cuidando a quienes cuidan



COMENZARON LAS 8° JORNADAS DEL SAVD



Con amplia participación de público tuvo lugar la primera de tres jornadas que abordarán la problemática del Burn Out en operadores sociales e institucionales que trabajan con víctimas de delitos. Las palabras de apertura estuvieron a cargo del Fiscal Jefe, Martín Zacchino, en tanto que la tarde concluyó con una charla abierta a cargo de la Dra. María Lourdes Molina. El Procurador General, Jorge L. Miquelarena, envió una carta de reconocimiento a la labor de los organizadores de las Jornadas.
 
El término burn out "quemado" proviene del campo de la industria aeroespacial y se refiere al calentamiento excesivo que produce la rotura de la máquina, es un defecto en la carburación, un agotamiento. En el campo social funciona como metáfora que describe un particular estado de agotamiento, desgaste o fatiga psíquica acompañada de aflicción, que resulta de la frustración o del fracaso de una devoción hacia una causa o hacia una profesión como modo de vida, que no produjo la gratificación esperada. Lo explicó muy claramente la Dra. Mariela Gonzalez, Juez de Familia en el panel de género y burn out que integró junto a las fiscales María Bottini y Fernanda Révori.
 
La necesidad de abordar esta problemática surgió a partir de los planteos realizados por asistentes a jornadas anteriores. Los operadores observan en sí mismos síntomas que se confunden con el stress y suele observarse en quienes trabajan con víctimas en instituciones que por determinada modalidad de organización e interacción, coadyuvan al desajuste emocional, afectando la identidad profesional.
También el Dr. Hernán Dal Verme habló de las primeras profesiones a las que aparece vinculado el síndrome: la educación y la salud. Los expositores coincidieron en que hay una etapa en la que la vocación, la sensación de omnipotencia, el entusiasmo, lleva a los profesionales a poner altas expectativas en su función, se exigen de manera desmedida, y luego la realidad, las adversidades cotidianas y los esquemas culturales de las instituciones en las que se insertan, los conducen a una sensación de fracaso, de impotencia, de desgano. "Declina la capacidad de experimentar regocijo en el cuidado de los otros".
También se acentuó que el cuidado de los operadores debe contemplarse desde las instituciones en las que estos se desempeñan, pero además se previene con el trabajo en equipo, con la interdisciplina y la interinstitucionalidad para el abordaje de los casos.