viernes, 9 de marzo de 2012

Abigeato y robo


MIRANDA Y ANTILEF FUERON CONDENADOS

El Tribunal compuesto por los Dres. Martín O' Connor, Javier Allende y José Colabelli fallaron condenando a los imputados por un hecho de abigeato en perjuicio de la Compañía de Tierras del Sud Argentino SA, y por dos hechos de robo calificado, uno cometido en una chacra de Trevelin y el otro en perjuicio del chofer y del propietario de un taxi de la ciudad de Esquel. La Fiscalía había pedido condena también por el delito de privación ilegal de la libertad, pero los magistrados entendieron que no se configuró ese delito de modo independiente, sino que formó parte del robo. Miranda también fue condenado por el delito de tenencia ilegal de arma de fuego. La Oficina Judicial deberá fijar la fecha de la audiencia para debatir la pena. Los imputados permanecen en prisión preventiva desde su aprehensión.

La sentencia fue unánime, los tres jueces consideraron que los indicios colectados por la Fiscalía permiten reconstruir, sin margen de duda, los hechos y la responsabilidad de los imputados. En relación al abigeato, la detención en flagrancia aportó mayor fuerza a la prueba. Respecto de los indicios el presidente del tribunal sostuvo que "aumentan su fuerza convictiva al momento de serle opuesta la versión defensista, la cual no solamente no ha sido probada, sino que resulta apartada de la lógica y de la experiencia común".

Por este hecho fueron declarados coautores del delito de abigeato simple cometido el 29 de diciembre de 2010, a las 19:00 hs. aproximadamente. El Tribunal declaró procedente la acción civil planteada por la querella y en la audiencia de debate de pena se discutirá el valor del resarcimiento a imponer.

Los robos

El 14 de mayo de 2011, entre las 19 y las 20 hs se produjo el primero de los robos. En ese caso los imputados ingresaron al predio de una chacra en Trevelin, como no había nadie aprovecharon a meterse en un galpón abierto y sustrajeron cinco monturas completas y una motosierra. Los perros ladraban alertados por la presencia de los intrusos, el encargado fue a ver qué pasaba. En el lugar se encontró con los imputados aunque no pudo reconocerlos porque era de noche, estos le dijeron que levante las manos, lo apuntaron con el arma, y comenzaron a dispararle. El puestero corrió para salvarse, llegando dos horas después a la ciudad de Trevelin a dar aviso a la policía. Los imputados corrieron con el botín hacia el otro lado de la ruta, se metieron en otra chacra y escondieron los objetos en proximidades de un alambrado, lindante a la ruta, para volver a buscarlas.

Los jueces también encontraron debidamente probado que Miranda y Antilef se fueron a pie a Trevelin, tomaron un taxi, regresaron al lugar donde tenían las cosas y como vieron en esa zona dos camionetas, cambiaron sus planes y pidieron al chofer que los lleve a Esquel, bajándose en Sarmiento y Chacabuco. Permanecieron dos horas en ese lugar hasta que tomaron un taxi en Sarmiento y San Martín. Este taxista sería la víctima del segundo robo que cometerían esa noche.

El tercer hecho imputado

Miranda se sentó al lado del chofer y Antilef atrás. Pasaron Trevelin y cuando se encontraban circulando por la Ruta 34 le pidieron que detenga la marcha para orinar, se bajaron ellos y también el conductor. Al subir Antilef le apoyó una pistola en la sien y Miranda un cuchillo en el estómago mientras le exigían el dinero. El se los entregó, lo amarraron con la funda del asiento del conductor, ubicándolo en el asiento trasero. Mientras Miranda tomaba la conducción del vehículo, Antilef lo apuntaba y lo amenazaba permanentemente.

Cuando llegaron al lugar donde habían dejado los elementos robados, lo bajaron del auto, lo hicieron arrodillar y Antilef le dijo que iba a matarlo, en tanto que su cómplice cargaba los elementos robados en el vehículo.

Finalmente liberaron al chofer y este caminó hasta una chacra cercana a pedir auxilio, pero allí lo recibieron a los tiros pensando que se trataba de ladrones, tuvo que pedir que por favor no le disparen, lo escucharon y lo llevaron a realizar la denuncia en la Comisaría.

Miranda y Antilef fueron en el taxi hasta el Barrio Estación donde ambos residían, dejaron las cosas y llevaron el automóvil hacia el camino a la Hoya donde el auto fue volcado. Le sacaron el barral, el reloj, documentación, el matafuegos y la rueda de auxilio. Desde la zona del Tambo 1 llamaron un taxi para dirigirse a "las cinco esquinas" del Barrio Estación.

Todo este derrotero fue probado con diferentes elementos durante el juicio. Los jueces entendieron que no quedó espacio para las dudas respecto de la autoría de los dos imputados en estos hechos. "La Defensa cuestiona aspectos puntuales lo que no mengua el enorme cúmulo indiciario que –tomado globalmente- no arroja a quien firma, duda alguna de la autoría de ANTILEF y MIRANDA en los hechos juzgados", sentenció O' Connor.

Nuevos hechos

DAÑO:

Un hombre fue llevado a la Comisaría Segunda a raíz de una contravención, mientras aguardaban las disposiciones del Juez de Faltas, el detenido prendió fuego el colchón y resultó con quemaduras. Debieron intervenir los Bomberos Voluntarios. Los uniformados lo llevaron al Hospital donde recibió las atenciones médicas pertinentes hasta obtener el alta. Los hechos se iniciaron a las 7:45 hs.

ABIGEATO:

El propietario de un campo ubicado sobre Ruta 259, cercano al acceso a Esquel, denunció que le faltaron animales. Recientemente encontró la cabeza de un vacuno y desperdicios de faenamiento.

Amenazas calificadas a taxista


CONDENA FIRME A SEIS DÍAS DEL HECHO

Finalmente el trámite judicial se abrevió más de lo previsto. Después de que la Fiscalía presentara en audiencia la acusación, los imputados reconocieron su responsabilidad en los hechos, aceptaron ser condenados y renunciaron a los plazos para la presentación de recursos. José Guillermo Rua Nahuelquier y Cristian Fabián Rua Nahuelquir fueron condenados a un año y cuatro meses de prisión en suspenso por el delito de amenazas agravadas y Juan Manuel Calfín a tres años de prisión en suspenso, por amenazas agravadas y portación de arma de fuego.

El juicio abreviado fue acordado entre las partes después de que la víctima manifestó su acuerdo. Los imputados deberán mantener su domicilio, someterse al Patronato de presos y liberados, evitar el abuso de alcohol, no acercarse a víctima y testigos y someterse a un tratamiento de adicciones en relación al alcohol.

Fernando Rivarola explicó que la confesión de los imputados, la influencia posible del alcohol a partir de los resultados periciales, la economía de tiempo y recursos para el Estado, la preservación de víctima y testigos que de este modo no tendrán que prestar declaración y rememorar todo lo sucedido, y fundamentalmente el consentimiento de la víctima, le permite reducir la pretensión punitiva que manifestó en la acusación.

El hecho

El hecho que se juzgó es el ocurrido el sábado pasado a la mañana, en la parada de taxis Los amigos. Los imputados Juan Manuel Calfín, José Guillermo Rua Nahuelquir y Cristian Fabián Rúa Nahuelquir, entraron a la oficina e increparon al operador y a los taxistas que allí se encontraban, en relación al paro que habría anunciado el sector por el reciente hecho delictivo ocurrido contra un remisero del mismo barrio. Después se retiraron, pero regresaron a las 10:30 hs. Juan Manuel Calfín entró a la casilla de madera, uno de los hermanos Rua Nahuelquir se quedó justo en la entrada impidiendo que ingrese el único taxista que estaba en el exterior, mientras que el otro hermano Rua Nahuelquir permaneció en el costado. Calfín sacó un revólver que llevaba entre la ropa, primero lo apoyó sobre el escritorio y luego lo volvió a agarrar y lo apoyó sobre el abdomen del operador mientras le decía “si siguen así, acá se pudre todo…” “..acá tengo primos y primas y si se pudre todo se pudre…” “…está todo claro…” “…se pudre…”.

Después de eso se retiraron los tres y fueron aprehendidos por personal policial que había sido alertado. A Calfín se le secuestró un revólver calibre 22 marca Eco con tambor a de seis alvéolos y carga completa. En el juicio abreviado se resolvió el decomiso del arma y las municiones.

El defensor Marcos Ponce y el Fiscal renunciaron a los plazos previstos y la sentencia quedó firme en el acto.