LOS DOS IMPUTADOS RECONOCIERON SU RESPONSABILIDAD Y NO SE HIZO EL JUICIO
Darío Alberto Sepúlveda y Diego Urrutia iban a someterse a un juicio oral y público. Sin embargo, una semana antes decidieron reconocer su responsabilidad y aceptar que se los condene y se les aplique una pena. Urrutia tenía una probation por dos hechos, un robo consumado y otro en grado de tentativa, en tanto que Sepúlveda contaba ya con una pena de cuatro años de prisión que cumplió parcialmente y por esto se encontraba en libertad condicional concretó el robo que ahora se le recrimina. El acuerdo tuvo el aval de la víctima. Sepúlveda fue condenado a una pena única de seis años de prisión y Urrutia a tres años y cuatro meses. El Defensor solicitó que sean trasladados a la Unidad 14.
El 24 de septiembre de 2009, entre las 8:20 y 8:35 hs., aproximadamente la empleada de una vivienda del Barrio Buenos Aires, fue sorprendida por la espalda por dos sujetos mientras se disponía a limpiar la entrada de la vivienda. Tapándole la boca y tomándola fuertemente, la ingresaron con violencia al interior del inmueble y la arrojaron al suelo. Diego Marcelo Urrutia, la intimidó con un arma de fuego tipo pistola calibre 22 Short (marca Bersa “Piccola” con cachas de asta de ciervo y sin numeración visible) exigiéndole que “si no se callaba le pegaba un tiro”, y gritándole, entre otras cosas, “esto es un asalto”. Mientras esto ocurría, le taparon la cabeza con una manta y luego el que llevaba el arma la quiso atar de manos con un precinto plástico, al tiempo que el otro sujeto, luego identificado como Darío Alberto SEPÚLVEDA, la sujetaba para facilitar que la mujer fuera inmovilizada.
A raíz del ruido se levantó la hija de los dueños de casa, de 16 años de edad, quién al ver lo que ocurría, que SEPÚLVEDA se dirigió hacia ella, y que URRUTIA le apuntó con el arma de fuego; se escudó detrás de la puerta trabándola para impedir que los imputados accedieran al sector de las habitaciones. Mientras SEPÚLVEDA trataba de abrir la puerta, la niña comenzó a gritar que estaba llamando a la policía. Al verse en riesgo los asaltantes se dieron a la fuga y no lograron concretar el robo.
A partir de allí comenzó un rastrillaje policial y a las 9:30 hs. aproximadamente, los imputados fueron aprehendidos en un pinar ubicado cerca del camino periférico, en la ladera tras el Barrio Ceferino. Allí se los pudo identificar y se secuestró el arma de fuego.
Pena compuesta
Darío Sepúlveda se reconoció como coautor de Tentativa de robo calificado por el uso de arma, y autor de portación ilegal de arma de guerra. La segunda calificación se refiere a la causa que se le abrió al momento de su reprehensión en una vivienda del Barrio Ceferino. El imputado se había fugado de la Comisaría mientras cumplía prisión preventiva.
Darío Alberto Sepúlveda y Diego Urrutia iban a someterse a un juicio oral y público. Sin embargo, una semana antes decidieron reconocer su responsabilidad y aceptar que se los condene y se les aplique una pena. Urrutia tenía una probation por dos hechos, un robo consumado y otro en grado de tentativa, en tanto que Sepúlveda contaba ya con una pena de cuatro años de prisión que cumplió parcialmente y por esto se encontraba en libertad condicional concretó el robo que ahora se le recrimina. El acuerdo tuvo el aval de la víctima. Sepúlveda fue condenado a una pena única de seis años de prisión y Urrutia a tres años y cuatro meses. El Defensor solicitó que sean trasladados a la Unidad 14.
El 24 de septiembre de 2009, entre las 8:20 y 8:35 hs., aproximadamente la empleada de una vivienda del Barrio Buenos Aires, fue sorprendida por la espalda por dos sujetos mientras se disponía a limpiar la entrada de la vivienda. Tapándole la boca y tomándola fuertemente, la ingresaron con violencia al interior del inmueble y la arrojaron al suelo. Diego Marcelo Urrutia, la intimidó con un arma de fuego tipo pistola calibre 22 Short (marca Bersa “Piccola” con cachas de asta de ciervo y sin numeración visible) exigiéndole que “si no se callaba le pegaba un tiro”, y gritándole, entre otras cosas, “esto es un asalto”. Mientras esto ocurría, le taparon la cabeza con una manta y luego el que llevaba el arma la quiso atar de manos con un precinto plástico, al tiempo que el otro sujeto, luego identificado como Darío Alberto SEPÚLVEDA, la sujetaba para facilitar que la mujer fuera inmovilizada.
A raíz del ruido se levantó la hija de los dueños de casa, de 16 años de edad, quién al ver lo que ocurría, que SEPÚLVEDA se dirigió hacia ella, y que URRUTIA le apuntó con el arma de fuego; se escudó detrás de la puerta trabándola para impedir que los imputados accedieran al sector de las habitaciones. Mientras SEPÚLVEDA trataba de abrir la puerta, la niña comenzó a gritar que estaba llamando a la policía. Al verse en riesgo los asaltantes se dieron a la fuga y no lograron concretar el robo.
A partir de allí comenzó un rastrillaje policial y a las 9:30 hs. aproximadamente, los imputados fueron aprehendidos en un pinar ubicado cerca del camino periférico, en la ladera tras el Barrio Ceferino. Allí se los pudo identificar y se secuestró el arma de fuego.
Pena compuesta
Darío Sepúlveda se reconoció como coautor de Tentativa de robo calificado por el uso de arma, y autor de portación ilegal de arma de guerra. La segunda calificación se refiere a la causa que se le abrió al momento de su reprehensión en una vivienda del Barrio Ceferino. El imputado se había fugado de la Comisaría mientras cumplía prisión preventiva.
Urrutia también reconoció su coautoría en el delito de Tentativa de robo calificado por el uso de arma, en concurso real con portación de arma civil. En su caso, se dispuso la revocatoria de dos probation y la aplicación de una condena única por los tres hechos. Las probation se relacionan con un robo que protagonizó en una vivienda el 6 de marzo de 2008, a las 18 hs. En ese hecho su consorte, Cesar Payal, ya fue condenado con anterioridad y el televisor sustraído fue recuperado rápidamente por la Brigada de Investigaciones, gracias a la información suministrada por un vecino que vio salir a ambos sujetos de la casa robada. En Noviembre de 2008, protagonizó otro hecho calificado como tentativa de robo. También un vecino fue el que alertó a la policía al ver a Urrutia golpeando con una piedra la ventanilla trasera de un automóvil estacionado en 25 de Mayo entre Ameghino y Chacabuco. Al llegar la policía lo vieron ocultándose. Luego fue reconocido por el testigo. En el asiento de atrás del auto había una filmadora que se observaba a simple vista.
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