COMENZÓ EL JUICIO
En una sala especial comenzó este lunes el debate oral y público en la causa que investiga la muerte de un policía y lesiones graves a otro en el marco de un procedimiento realizado en marzo de 2009 en Corcovado. En su Alegato de apertura, el Fiscal Martín Zacchino anticipó lo que pretende probar y resaltó que por una paradoja del destino, dos personas murieron, tres resultaron heridas, pero el prófugo sigue aun evadido de la justicia. La Defensa señaló que probará que sus defendidos no son los autores materiales de los disparos que hirieron a los policías. Una vez mas el letrado cuestionó al Tribunal de Juicio, solicitando que se haga efectiva la manda constitucional de realizar un juicio por jurados. Los magistrados rechazaron el planteo.
Audio Fiscal Martín Zacchino
Querella José Colabelli y Fiscal de Estado Diego Carmona
Defensa Marcos Ponce y Asesoría Miguel Contreras
En la sala participan familiares y amigos tanto de víctimas como de los imputados. En uno de los escritorios laterales se ubica la Fiscalía, la Querella y la Fiscalía de Estado. Al otro lado la Defensa, la Asesoría y uno de los imputados. Un biombo pegado al escritorio de la Defensa, oculta a los ojos del público al imputado menor de edad, situándolo en proximidad a los Jueces.
La publicidad del juicio
Los periodistas apostados en la sala pudieron transmitir en vivo para sus respectivos medios, los alegatos de apertura y primeros planteos de las partes. Al comenzar las declaraciones testimoniales se impuso la restricción a las transmisiones en directo para evitar que los relatos de unos testigos pudieran contaminarse con los dichos de los declarantes anteriores.
Tampoco pueden publicarse imágenes ni el nombre del imputado menor de edad, sin embargo este renunció a su derecho de prescindir de público en las audiencias de juicio.
Una historia que comenzó y continuó trágica
En su alegato de apertura el Fiscal Martín Zacchino se remontó a lo sucedido en el año 2005 en Corcovado. En un juicio, Cristian Mai Bustos, fue condenado a prisión perpetua como autor material del homicidio de su pequeño hijo. La sentencia fue recurrida y por lo tanto no estaba – ni está aun firme. En ese entonces se dictó su prisión preventiva por peligro de fuga.
El encarcelamiento no fue suficiente y “El Mai” se fugó de su calabozo. Durante mucho tiempo se intentó dar con su paradero. Recién en marzo de 2009 los investigadores se hicieron de un dato cierto que indicaba que el prófugo iría a una celebración a la casa de su madre.
Con la habilitación judicial para realizar un allanamiento, un grupo de policías se dirigió al domicilio. Les salió al cruce el padre del joven fugado, los alertó indicándole que sus hijos estaban en el interior de la vivienda fuertemente armados y que no estaban dispuestos a entregarse. Luego de dialogar con el Jefe del operativo, pidió hablar con quien fuera el Defensor de su hijo en las últimas audiencias. Mientras esperaban la llegada del entonces Defensor Jefe, imprevistamente un grupo de cuatro encapuchados, armados con un arma larga, probablemente un revólver y armas blancas, salieron en círculo ubicándose Cristian en el medio. A viva voz dijeron “nos vamos, si tiran tiramos” y emprendieron la huída, marcha atrás, apuntando amenazantemente con sus armas. Al llegar a una esquina, giraron sobre sus talones y se echaron a correr. Hasta ese momento lo sucedido quedó registrado en una filmación, lo que siguió, ya no.
La emboscada
Cuando los policías llegaron a esa esquina se encontraron con por lo menos dos tiradores apostados a unos cuarenta o cincuenta metros de distancia. Estos últimos dispararon contra el policía Tito Roberts, impactando con un proyectil calibre 22 en su frente y causándole la muerte.
Prácticamente al mismo tiempo Luis Cañumir, también empleado policial, recibió un balazo en su abdomen, poniendo en serio riesgo su vida. Así se inició un tiroteo en el que perdió la vida uno de los jóvenes encapuchados, otro, menor de edad, recibió un disparo de arma de fuego que lo dejó parapléjico y un tercero fue impactado en una pierna. “Y cual si fuera una injusticia del destino, el único que logró evadir nuevamente el accionar de la justicia ha sido Cristian Mai Bustos”, graficó el Fiscal.
Zacchino resaltó que el prófugo no solo carga ahora con una muerte, sino que se le sumó la de un empleado policial, las graves lesiones a otro, la muerte de un hermano y las gravísimas lesiones a otro, “… y pese a ello, es el día de hoy que Cristian Bustos sigue prófugo”.
Coautoría
El caso que pretende probar el Fiscal, así como la Querella y la Fiscalía de Estado, es el de la coautoría funcional.
Lo anunció Zacchino y adhirieron los demás acusadores, la calificación propuesta es la de Homicidio doblemente calificado por haber sido cometido para procurar la impunidad a favor de un tercero y por ser la víctima miembro de una fuerza policial. Esta calificación en concurso ideal con lesiones graves, también doblemente calificadas.
Pormenores
José Colabelli representa a Cañumir y solo puntualizó la gravedad del daño sufrido por su representado, adhiriendo plenamente al alegato Fiscal.
El Fiscal de Estado Diego Carmona, también adhirió al alegato de la Fiscalía y se ocupó de recalcar la prolijidad del procedimiento policial que estando habilitado para ingresar por la fuerza al domicilio, tuvo una actitud absolutamente conciliadora en procura de evitar cualquier situación de violencia.
Queremos jurado
A su turno el Defensor Marcos Ponce, previo a presentar su caso, insistió con un planteo que ya le fuera rechazado en la audiencia preliminar. El Tribunal Colegiado no es a su criterio el Tribunal natural que las garantías constitucionales habilitan para actuar en este juicio. El letrado insiste que para estos casos, en los que la pretensión punitiva es superior a los 17 años, el juicio no puede sustanciarse de otro modo que no sea mediante el procedimiento por jurados.
Su postulación fue replicada por los acusadores, y luego de un cuarto intermedio los magistrados se expidieron rechazando el planteo ya que el Código de Procedimiento vigente establece la competencia de los Tribunales colegiados hasta tanto ese instituto sea reglamentado y adquiera vigencia.
No son los autores
Finalmente, luego de reservarse el derecho de presentar un recurso federal, el letrado expuso su caso indicando que no se negará lo sucedido, sino simplemente demostrará en el juicio que sus defendidos no fueron los autores materiales de la muerte de Roberts, ni de las lesiones sufridas por Cañumir.
La publicidad del juicio
Los periodistas apostados en la sala pudieron transmitir en vivo para sus respectivos medios, los alegatos de apertura y primeros planteos de las partes. Al comenzar las declaraciones testimoniales se impuso la restricción a las transmisiones en directo para evitar que los relatos de unos testigos pudieran contaminarse con los dichos de los declarantes anteriores.
Tampoco pueden publicarse imágenes ni el nombre del imputado menor de edad, sin embargo este renunció a su derecho de prescindir de público en las audiencias de juicio.
Una historia que comenzó y continuó trágica
En su alegato de apertura el Fiscal Martín Zacchino se remontó a lo sucedido en el año 2005 en Corcovado. En un juicio, Cristian Mai Bustos, fue condenado a prisión perpetua como autor material del homicidio de su pequeño hijo. La sentencia fue recurrida y por lo tanto no estaba – ni está aun firme. En ese entonces se dictó su prisión preventiva por peligro de fuga.
El encarcelamiento no fue suficiente y “El Mai” se fugó de su calabozo. Durante mucho tiempo se intentó dar con su paradero. Recién en marzo de 2009 los investigadores se hicieron de un dato cierto que indicaba que el prófugo iría a una celebración a la casa de su madre.
Con la habilitación judicial para realizar un allanamiento, un grupo de policías se dirigió al domicilio. Les salió al cruce el padre del joven fugado, los alertó indicándole que sus hijos estaban en el interior de la vivienda fuertemente armados y que no estaban dispuestos a entregarse. Luego de dialogar con el Jefe del operativo, pidió hablar con quien fuera el Defensor de su hijo en las últimas audiencias. Mientras esperaban la llegada del entonces Defensor Jefe, imprevistamente un grupo de cuatro encapuchados, armados con un arma larga, probablemente un revólver y armas blancas, salieron en círculo ubicándose Cristian en el medio. A viva voz dijeron “nos vamos, si tiran tiramos” y emprendieron la huída, marcha atrás, apuntando amenazantemente con sus armas. Al llegar a una esquina, giraron sobre sus talones y se echaron a correr. Hasta ese momento lo sucedido quedó registrado en una filmación, lo que siguió, ya no.
La emboscada
Cuando los policías llegaron a esa esquina se encontraron con por lo menos dos tiradores apostados a unos cuarenta o cincuenta metros de distancia. Estos últimos dispararon contra el policía Tito Roberts, impactando con un proyectil calibre 22 en su frente y causándole la muerte.
Prácticamente al mismo tiempo Luis Cañumir, también empleado policial, recibió un balazo en su abdomen, poniendo en serio riesgo su vida. Así se inició un tiroteo en el que perdió la vida uno de los jóvenes encapuchados, otro, menor de edad, recibió un disparo de arma de fuego que lo dejó parapléjico y un tercero fue impactado en una pierna. “Y cual si fuera una injusticia del destino, el único que logró evadir nuevamente el accionar de la justicia ha sido Cristian Mai Bustos”, graficó el Fiscal.
Zacchino resaltó que el prófugo no solo carga ahora con una muerte, sino que se le sumó la de un empleado policial, las graves lesiones a otro, la muerte de un hermano y las gravísimas lesiones a otro, “… y pese a ello, es el día de hoy que Cristian Bustos sigue prófugo”.
Coautoría
El caso que pretende probar el Fiscal, así como la Querella y la Fiscalía de Estado, es el de la coautoría funcional.
Lo anunció Zacchino y adhirieron los demás acusadores, la calificación propuesta es la de Homicidio doblemente calificado por haber sido cometido para procurar la impunidad a favor de un tercero y por ser la víctima miembro de una fuerza policial. Esta calificación en concurso ideal con lesiones graves, también doblemente calificadas.
Pormenores
José Colabelli representa a Cañumir y solo puntualizó la gravedad del daño sufrido por su representado, adhiriendo plenamente al alegato Fiscal.
El Fiscal de Estado Diego Carmona, también adhirió al alegato de la Fiscalía y se ocupó de recalcar la prolijidad del procedimiento policial que estando habilitado para ingresar por la fuerza al domicilio, tuvo una actitud absolutamente conciliadora en procura de evitar cualquier situación de violencia.
Queremos jurado
A su turno el Defensor Marcos Ponce, previo a presentar su caso, insistió con un planteo que ya le fuera rechazado en la audiencia preliminar. El Tribunal Colegiado no es a su criterio el Tribunal natural que las garantías constitucionales habilitan para actuar en este juicio. El letrado insiste que para estos casos, en los que la pretensión punitiva es superior a los 17 años, el juicio no puede sustanciarse de otro modo que no sea mediante el procedimiento por jurados.
Su postulación fue replicada por los acusadores, y luego de un cuarto intermedio los magistrados se expidieron rechazando el planteo ya que el Código de Procedimiento vigente establece la competencia de los Tribunales colegiados hasta tanto ese instituto sea reglamentado y adquiera vigencia.
No son los autores
Finalmente, luego de reservarse el derecho de presentar un recurso federal, el letrado expuso su caso indicando que no se negará lo sucedido, sino simplemente demostrará en el juicio que sus defendidos no fueron los autores materiales de la muerte de Roberts, ni de las lesiones sufridas por Cañumir.
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