CONDENA FIRME A SEIS DÍAS DEL HECHO
Finalmente el trámite judicial se abrevió más de lo previsto. Después de que la Fiscalía presentara en audiencia la acusación, los imputados reconocieron su responsabilidad en los hechos, aceptaron ser condenados y renunciaron a los plazos para la presentación de recursos. José Guillermo Rua Nahuelquier y Cristian Fabián Rua Nahuelquir fueron condenados a un año y cuatro meses de prisión en suspenso por el delito de amenazas agravadas y Juan Manuel Calfín a tres años de prisión en suspenso, por amenazas agravadas y portación de arma de fuego.
El juicio abreviado fue acordado entre las partes después de que la víctima manifestó su acuerdo. Los imputados deberán mantener su domicilio, someterse al Patronato de presos y liberados, evitar el abuso de alcohol, no acercarse a víctima y testigos y someterse a un tratamiento de adicciones en relación al alcohol.
Fernando Rivarola explicó que la confesión de los imputados, la influencia posible del alcohol a partir de los resultados periciales, la economía de tiempo y recursos para el Estado, la preservación de víctima y testigos que de este modo no tendrán que prestar declaración y rememorar todo lo sucedido, y fundamentalmente el consentimiento de la víctima, le permite reducir la pretensión punitiva que manifestó en la acusación.
El hecho
El hecho que se juzgó es el ocurrido el sábado pasado a la mañana, en la parada de taxis Los amigos. Los imputados Juan Manuel Calfín, José Guillermo Rua Nahuelquir y Cristian Fabián Rúa Nahuelquir, entraron a la oficina e increparon al operador y a los taxistas que allí se encontraban, en relación al paro que habría anunciado el sector por el reciente hecho delictivo ocurrido contra un remisero del mismo barrio. Después se retiraron, pero regresaron a las 10:30 hs. Juan Manuel Calfín entró a la casilla de madera, uno de los hermanos Rua Nahuelquir se quedó justo en la entrada impidiendo que ingrese el único taxista que estaba en el exterior, mientras que el otro hermano Rua Nahuelquir permaneció en el costado. Calfín sacó un revólver que llevaba entre la ropa, primero lo apoyó sobre el escritorio y luego lo volvió a agarrar y lo apoyó sobre el abdomen del operador mientras le decía “si siguen así, acá se pudre todo…” “..acá tengo primos y primas y si se pudre todo se pudre…” “…está todo claro…” “…se pudre…”.
Después de eso se retiraron los tres y fueron aprehendidos por personal policial que había sido alertado. A Calfín se le secuestró un revólver calibre 22 marca Eco con tambor a de seis alvéolos y carga completa. En el juicio abreviado se resolvió el decomiso del arma y las municiones.
El defensor Marcos Ponce y el Fiscal renunciaron a los plazos previstos y la sentencia quedó firme en el acto.
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