Los hechos que
terminaron en una nueva condena por abuso sexual agravado en los tribunales de
Esquel, dejaron marcas en la víctima difíciles de sobrellevar. Las conductas
abusivas se prolongaron casi por un año hasta que la joven se animó a hablar
pese a las amenazas del agresor. El acompañamiento de su familia y de una amiga
durante todo el proceso, resultaron fundamentales, así como la asistencia
victimológica brindada por el SAVD.
Superioridad física y madurativa del agresor, proximidad con
la víctima y su familia, relación de confianza. Estos elementos aparecen
repetidos caso a caso en las investigaciones por abuso sexual que tramitan en
la Fiscalía. El abusador actúa siempre aprovechando una situación de
vulnerabilidad. Engaña, atemoriza y somete a quien encuentra en tal situación
convirtiéndolo en su víctima. El secreto se asegura haciendo sentir culpa y
terror a la víctima a través del engaño y las amenazas. Detrás del velo del
secreto hace y deshace a su antojo incrementando, en la medida en que se siente
dueño de la situación, el despliegue de conductas perversas.
El tribunal compuesto por los Dres. Anabel Rodríguez,
Ricardo Rolón y Jorge Criado, compartió con el fiscal Oscar Oro que las
conductas desplegadas por Daniel Napal encuadran en la descripción que
desarrollamos. Los hechos ocurrieron en una localidad cordillerana en
jurisdicción de la delegación del MPF de El Hoyo. El imputado contaba al
momento de los hechos con 32 años y la víctima solo con 13. Las agresiones
sexuales se mantuvieron por casi un año, hasta que la joven no soportó más y le
confió a una amiga algunos detalles del horror que estaba viviendo. Cuando se
enteró su familia la madre la llevó al hospital y luego a la comisaría a
formalizar la denuncia. La muchacha había logrado superar el miedo a que se
hicieran realidad las amenazas de muerte del agresor que cada vez se presentaba
más violento.
Los jueces encontraron creíble el relato de la víctima y de
los testigos. Uno de ellos contó que no conoce el detalle de los abusos "pero
que la nena estaba traumada, y se moría de miedo, que temblaba".
La Dra. Anabel Rodríguez expuso en su voto que "La víctima manifestó que Daniel Napal no quería que se
juntara con los vecinos, ni que tuviera novio, ni que se juntara con nadie, ni
que se quedara a dormir en la casa de su padrino. Expresó también, que además,
debía avisarle a los lugares que concurría y si no lo hacía el imputado se
enojaba, que también pretendía que lo visitara todos los días y que hiciera las
cosas que él quería. Todas estas exigencias son demostrativas, a mi criterio,
de la intención del imputado de controlar
a la niña, como también de aislarla,
e impedir cualquier interferencia en sus intenciones y en la relación a que la
sometía."
El informe de la
psicóloga forense establece que la joven presentaba " tendencia a la depresión, desesperanza, falta
de interés, y baja energía vital para el desarrollo de las actividades
cotidianas". En la escuela a la que asistía también notaron el cambio,
"en 2011, era aniñada y muy infantil, incluso más que las niñas de su edad,
además que era de hablar y participar en clase, y no advertía en ella
inconvenientes; en tanto al año siguiente la tutora de la nombrada le manifestó
que había algo que no se decía. Finalmente, en el 2013 pudo ver en la niña un
cambio importante; ya no era alegre ni espontánea, sino totalmente retraída,
muy nerviosa, con mucha distancia y poca participación, agregó que el
rendimiento escolar fue muy bajo, que era otra persona, y que había cambiado
muchísimo".
Desarrollo de
estados fóbicos, pánico o miedos repentinos; manifestaciones ansiosas y
depresivas; sentimientos de inseguridad y falta de confianza; terror ante la
presencia de adultos; tristeza, culpabilidad y vergüenza; trastornos del sueño,
terrores nocturnos y pesadillas; trastornos de la alimentación; …modificación
del rendimiento escolar y aparición de dificultades de aprendizaje; aislamiento
social… son síntomas de la presencia de abuso sexual que se diagnosticaron en
este caso.
Ricardo Rolón
precisaba en su voto que se pudo "observar las
características propias de este fenómeno delictivo en la personalidad del
autor, y la vulnerabilidad de la víctima, la crisis que el abuso generó ante su
develamiento, el secreto que tuvo que soportar la niña durante casi un año, la
confusión de sus sentimientos."
El magistrado
también analizó, siguiendo a varios autores, la naturaleza de los delitos
contra la integridad sexual. "El interés
comprometido en estos delitos es la libertad, integridad y dignidad
físico-sexual; la reserva sexual, el
normal ejercicio de la sexualidad
asentado sobre la libertad del individuo cuya vigencia se prepara mediante la
normalidad del desarrollo de la sexualidad, la libertad sexual como el derecho
de toda persona a su autorrealización o autodeterminación en el ámbito de la
sexualidad; la libertad sexual y el libre desarrollo sexual de los menores de
18 años; la libertad sexual de quienes tienen capacidad para expresar
válidamente su voluntad y la intangibilidad o indemnidad de quienes carecen de
ella y el derecho al desarrollo progresivo en el ámbito sexual y la autonomía
sexual".
Los tres
jueces coincidieron en que la pena más ajustada es la de 7 años de prisión y la
imposición de las costas del proceso al imputado.
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