CON TOTAL CONVENCIMIENTO, LA FISCALÍA PIDIÓ CONDENA
Mas de cuatro horas duró el alegato Fiscal, en que el acusador concluyó pidiendo condena del imputado por ser parte de una asociación ilícita, coautor de robo agravado por realizarse con arma de fuego, en poblado y en banda – dos hechos -, privación ilegal de la libertad coactiva agravada por resultar una de las víctimas mujer embarazada y otra mayor de setenta años, privación ilegal de la libertad coactiva agravada por resultar dos de las víctimas menores de 18 años de edad, en ambos casos agravada por la participación de mas de tres personas y la utilización de armas de fuego. En su declaración, Ampuero sostuvo que había ido a El Bolsón para comprar “alfajores” de cocaína y que pensó que la policía lo investigaba en relación a la droga. También se refirió a otros indicios que lo vinculan a los hechos de El Maitén, dando su propia versión. Entre lágrimas, dijo que es inocente. Para el Fiscal, estos datos solo logran enlazar más aun al imputado con el sonado caso.
Mas de cuatro horas duró el alegato Fiscal, en que el acusador concluyó pidiendo condena del imputado por ser parte de una asociación ilícita, coautor de robo agravado por realizarse con arma de fuego, en poblado y en banda – dos hechos -, privación ilegal de la libertad coactiva agravada por resultar una de las víctimas mujer embarazada y otra mayor de setenta años, privación ilegal de la libertad coactiva agravada por resultar dos de las víctimas menores de 18 años de edad, en ambos casos agravada por la participación de mas de tres personas y la utilización de armas de fuego. En su declaración, Ampuero sostuvo que había ido a El Bolsón para comprar “alfajores” de cocaína y que pensó que la policía lo investigaba en relación a la droga. También se refirió a otros indicios que lo vinculan a los hechos de El Maitén, dando su propia versión. Entre lágrimas, dijo que es inocente. Para el Fiscal, estos datos solo logran enlazar más aun al imputado con el sonado caso.
La lectura de la sentencia tendrá lugar el día 15 de diciembre a las 11 hs. Recordemos que la causa en relación a este imputado se tramitó según el nuevo Código Procesal Penal, por lo cual solo se discutirá el monto de la pena a aplicar si el Tribunal Colegiado encontrara culpable al imputado por todos o alguno de los delitos por los que se lo acusó.
A las 8:26 hs. el Tribunal colegiado abrió el debate dando la palabra a la Fiscalía para que formule su alegato. La Defensora pidió que antes se permitiera hablar a su representado. Así Ampuero hizo un muy extenso y pormenorizado relato de lo que habría hecho el viernes previo al asalto en la casa del gerente del Banco de El Maitén, la jornada del domingo, la del lunes y posterior fuga. El imputado hilvanó indicios, testimonios propios con los de la Fiscalía y atribuyó su temor y su fuga a su vinculación con las drogas, o con “la droga” en referencia a la cocaína que según dijo era la única que consumía y de la que ya pudo librarse.
La relación con Bonnefoi y la visita a Cámara
Ampuero, pese a que todos sus testigos, amigos y familiares, dijeron no conocer a Juan Antonio Bonnefoi, dijo que era su amigo. Sin embargo sostuvo que no sabía de sus actividades privadas, ni Juan de las de él. Incluso indicó que Bonnefoi nunca supo que el fue el viernes 20 de mayo (de 2005) a El Bolsón a comprar “alfajores de cocaína”. Ese viaje lo habían realizado juntos. Juntos fueron a la casa de Cámara e incluso compartieron los tres una picada y habrían planeado algunos negocios, como la compra de un televisor y un termotanque.
La coartada
El imputado reiteró la coartada dada por sus testigos, relativa a una actividad grupal durante la noche en que tres hombres encapuchados sembraron de terror a las familias de Saugar y Reyes en El Maitén. También habló de lo que habría hecho al día siguiente, enhebrando datos con los que surgen de los controles policiales y de los dichos de los testigos. Cuestionó a la policía de Río Negro, dijo ser un perseguido, y recalcó que en los primeros momentos pensó que buscaban la droga, por eso en el control policial que lo para la mañana del 23, cuando le revisaron todo el vehículo en que se transportaba, solo temía que le revisaran los bolsillos ya que tenía coca.
Lloró, diciendo que si alguna vez había hecho algo mal ya lo había pagado y también su familia como los que lo rodean.
Más convencidos que nunca
El Dr. Fernando Rivarola inició su alegato inmediatamente y sostuvo que pocas veces en una investigación compleja como esta, puede llegar a juicio con el convencimiento que llegó en este caso “mas aun luego de la declaración del imputado”. El representante del Ministerio Público habló del rol que tendrá el Tribunal que le toca juzgar un hecho sobre el que en varios aspectos ya se expidió la Cámara del Crimen local, sentencia que aun no quedó firme y que seguramente esta nueva sentencia será tenida en cuenta por el Superior Tribunal, como un hecho nuevo, a la hora de revisar aquella en la que se condenó a otros imputados por el mismo hecho.
Actoral
Rivarola habló del impacto que sufrieron las víctimas por las largas horas de cautiverio bajo la intimidación de tres sujetos con rostros y manos cubiertos empuñando armas. Sostuvo que ese impacto no puede ser fingido y que la experiencia le permite distinguir entre la conmoción real y una actuación forzada, dicho esto último en clara alusión a la conmoción expresada por Ampuero.
También cuestionó la veracidad de los testigos aportados por la defensa. Se refirió a cada una de sus afirmaciones como “supuestas” ya que ninguno de los dichos fue acreditado con prueba objetiva que permitiera convertir en creíble un relato posible de ser cierto y señaló contradicciones entre los testimonios.
El hecho
El Fiscal repasó pormenorizadamente aspectos del hecho juzgado como sus características y como estas deben relacionarse con los rasgos de personalidad de sus autores (lo que a su criterio se cumpliría en el caso de Ampuero); el número de personas intervinientes, al menos cinco y la necesaria planificación previa.
Para él los autores conformaban una banda, una banda dedicada al delito organizado y por lo tanto no podían correr grandes riesgos. Debían salvaguardar las armas y también la ropa utilizada en el hecho, no podían arriesgarse a llegar con esos elementos a Bariloche, atravesando varios controles policiales. Por esta causa es que buscaron un lugar seguro y estratégico para dejar las cosas: la casa de Rubén Alejandro Cámara en El Bolsón.
El empleo de autos de alquiler, tampoco fue casual. Era parte de la estrategia de impunidad. Se trata de autos no vinculables con su dueño y que podían abandonarse en la huída y recuperarse fácilmente por la agencia. En realidad no habían sido alquilados, eran un préstamo de otro de los miembros de la banda, Soto.
La preparación
También necesitaron de equipos de comunicaciones e inteligencia previa. Conocían las costumbres de los miembros de las familias del gerente y del tesorero, el conocimiento propio de alguien del pueblo – aportado por el vecino de Saugar, Campos, también miembro de la banda -. Tenían preparada la inteligencia posterior para garantizar la impunidad. Preveían actuar “como fuera necesario”, había indeterminación en las acciones lesivas contra las personas. Llevaban armas cargadas y una de ellas, la que portaría Ampuero tenía silenciador. Estaban preparados para usarlas si era necesario y si algo hubiera salido mal, podría haberse cometido un homicidio.
Algo más que amigos
Rivarola sostuvo que la prueba directa, la pericia genética que vincula a Bonnefoi con el lugar y el momento en que se produjeron los hechos, tiene relevancia a la hora de analizar la participación criminal de Ampuero. Había alertas policiales previas que los vinculaban a ambos a una banda y a esta con la comisión de ilícitos. Uno de los testigos, el último en declarar fue contundente a este respecto, refiriéndose a datos que él habría obtenido del propio Soto y que identificaban a Ampuero con la cabeza de la organización. Esto se corrobora con los dichos de las víctimas que indican que el que llevaba la voz de mando era el mas alto de los tres malhechores.
Aquella mañana, luego de cometer el hecho, Ampuero fue parado en un control policial manejando el vehículo que había sido alquilado por Bonnefoi. Era el mismo auto que luego de ser peritado se puso determinar que impactó contra unas piedras en la zona donde se produjo el cambio de autos, es decir donde fue abandonado el automóvil del gerente y cambiado por otro auto. La pericia a piedras halladas en el lugar indican la compatibilidad del los golpes del rodado con la impronta dejada en esas piedras.
Complicidad policial – desidia judicial
Según uno de los testigos, cuando se brindó información a la policía respecto de la sospecha en relación a esta banda, un policía de la Brigada de Bariloche, habló con Soto y le dijo que saque las cosas que puedan incriminarlo porque podría haber allanamientos.
Por otra parte el Fiscal señaló que la justicia de la provincia de Río Negro actuó con cierta desidia. De hecho se había solicitado información sobre otras causas que se tramitaron en contra tanto de Ampuero como de Bonnefoi y esa información nunca fue remitida. También habría habido demoras en la autorización de medidas de investigación.
Otros indicios
La altura y contextura física de Ampuero fue considerada un indicio más que robustece la plataforma probatoria. También la información que surge de los puestos camineros y de Gendarmería y de la propia declaración del coimputado Rubén Cámara que dice que fue Ampuero quien le entregó la mochila en la que se encontraron las armas, las capuchas y la ropa usadas en el asalto. El Fiscal sostuvo que si bien no puede tomarse esta declaración como la de un testigo, ya que no fue bajo juramento de ley, no puede desconocérsela y esa declaración está.
También el testimonio de la mujer que levantó Ampuero en la Villa Mascardi, la que habló del gnomo que llevaba Ampuero en el vehículo (lo traía de la casa de Cámara) y de la cantidad de hojas de álamo que había a los pies del acompañante. Frente a la casa de Saugar hay una gran alameda que se constituye en un lugar estratégico para vigilar la vivienda, y obviamente para que se mantuviera allí apostado un vehículo a la espera de la hora de darse a la retirada. Ampuero vinculó esas hojas a otro lugar, pero no acreditó esas aseveraciones.
Fugas 1 y 2
Rivarola uso como elemento incriminante, a la actitud de Ampuero frente al proceso. La primera fuga, luego de cometido el hecho, sostuvo que nunca podría vincularse a un mal entendido, como planteó Ampuero. Ya que desde el día en que se realiza el primer allanamiento en su vivienda, el 24, ya sabía claramente a qué hecho se lo vinculaba. Y la segunda fuga, luego de ser apresado por los carabineros en Chile, convierte en mas evidente la situación, ya que estaba lejos de la policía de Río Negro a la que decía temerle y habían pasado los primeros tiempos, temores y confusiones.
El Fiscal diferenció esta actitud con la de otras personas que fueron investigadas en un primer momento, por su presunta vinculación con la causa, demostraron su inocencia y hasta se les pidió disculpas. En este último punto se refirió a un sujeto al que se le habían secuestrado armas y dinero que luego debieron devolvérsele porque acreditó su legítima propiedad.
La captura de Ampuero tampoco fue común. Se realizó en medio de una persecución que implicó un disparo de un arma policial que dio en una de las piernas de Ampuero. Al requisarlo, le quitaron un arma de fuego que llevaba consigo.
Justicia
Finalmente y antes de plantear su pedido de condena por los delitos investigados, el Dr. Rivarola, coincidió con Ampuero en su intención de que en este juicio se haga justicia.
Pedido absolutorio
Después de un cuarto intermedio de casi dos horas habló la Defensa, pasadas las tres de la tarde. La letrada retomó la declaración de su representado para marcar su teoría del caso y requerir que se lo declare inocente.
A las 8:26 hs. el Tribunal colegiado abrió el debate dando la palabra a la Fiscalía para que formule su alegato. La Defensora pidió que antes se permitiera hablar a su representado. Así Ampuero hizo un muy extenso y pormenorizado relato de lo que habría hecho el viernes previo al asalto en la casa del gerente del Banco de El Maitén, la jornada del domingo, la del lunes y posterior fuga. El imputado hilvanó indicios, testimonios propios con los de la Fiscalía y atribuyó su temor y su fuga a su vinculación con las drogas, o con “la droga” en referencia a la cocaína que según dijo era la única que consumía y de la que ya pudo librarse.
La relación con Bonnefoi y la visita a Cámara
Ampuero, pese a que todos sus testigos, amigos y familiares, dijeron no conocer a Juan Antonio Bonnefoi, dijo que era su amigo. Sin embargo sostuvo que no sabía de sus actividades privadas, ni Juan de las de él. Incluso indicó que Bonnefoi nunca supo que el fue el viernes 20 de mayo (de 2005) a El Bolsón a comprar “alfajores de cocaína”. Ese viaje lo habían realizado juntos. Juntos fueron a la casa de Cámara e incluso compartieron los tres una picada y habrían planeado algunos negocios, como la compra de un televisor y un termotanque.
La coartada
El imputado reiteró la coartada dada por sus testigos, relativa a una actividad grupal durante la noche en que tres hombres encapuchados sembraron de terror a las familias de Saugar y Reyes en El Maitén. También habló de lo que habría hecho al día siguiente, enhebrando datos con los que surgen de los controles policiales y de los dichos de los testigos. Cuestionó a la policía de Río Negro, dijo ser un perseguido, y recalcó que en los primeros momentos pensó que buscaban la droga, por eso en el control policial que lo para la mañana del 23, cuando le revisaron todo el vehículo en que se transportaba, solo temía que le revisaran los bolsillos ya que tenía coca.
Lloró, diciendo que si alguna vez había hecho algo mal ya lo había pagado y también su familia como los que lo rodean.
Más convencidos que nunca
El Dr. Fernando Rivarola inició su alegato inmediatamente y sostuvo que pocas veces en una investigación compleja como esta, puede llegar a juicio con el convencimiento que llegó en este caso “mas aun luego de la declaración del imputado”. El representante del Ministerio Público habló del rol que tendrá el Tribunal que le toca juzgar un hecho sobre el que en varios aspectos ya se expidió la Cámara del Crimen local, sentencia que aun no quedó firme y que seguramente esta nueva sentencia será tenida en cuenta por el Superior Tribunal, como un hecho nuevo, a la hora de revisar aquella en la que se condenó a otros imputados por el mismo hecho.
Actoral
Rivarola habló del impacto que sufrieron las víctimas por las largas horas de cautiverio bajo la intimidación de tres sujetos con rostros y manos cubiertos empuñando armas. Sostuvo que ese impacto no puede ser fingido y que la experiencia le permite distinguir entre la conmoción real y una actuación forzada, dicho esto último en clara alusión a la conmoción expresada por Ampuero.
También cuestionó la veracidad de los testigos aportados por la defensa. Se refirió a cada una de sus afirmaciones como “supuestas” ya que ninguno de los dichos fue acreditado con prueba objetiva que permitiera convertir en creíble un relato posible de ser cierto y señaló contradicciones entre los testimonios.
El hecho
El Fiscal repasó pormenorizadamente aspectos del hecho juzgado como sus características y como estas deben relacionarse con los rasgos de personalidad de sus autores (lo que a su criterio se cumpliría en el caso de Ampuero); el número de personas intervinientes, al menos cinco y la necesaria planificación previa.
Para él los autores conformaban una banda, una banda dedicada al delito organizado y por lo tanto no podían correr grandes riesgos. Debían salvaguardar las armas y también la ropa utilizada en el hecho, no podían arriesgarse a llegar con esos elementos a Bariloche, atravesando varios controles policiales. Por esta causa es que buscaron un lugar seguro y estratégico para dejar las cosas: la casa de Rubén Alejandro Cámara en El Bolsón.
El empleo de autos de alquiler, tampoco fue casual. Era parte de la estrategia de impunidad. Se trata de autos no vinculables con su dueño y que podían abandonarse en la huída y recuperarse fácilmente por la agencia. En realidad no habían sido alquilados, eran un préstamo de otro de los miembros de la banda, Soto.
La preparación
También necesitaron de equipos de comunicaciones e inteligencia previa. Conocían las costumbres de los miembros de las familias del gerente y del tesorero, el conocimiento propio de alguien del pueblo – aportado por el vecino de Saugar, Campos, también miembro de la banda -. Tenían preparada la inteligencia posterior para garantizar la impunidad. Preveían actuar “como fuera necesario”, había indeterminación en las acciones lesivas contra las personas. Llevaban armas cargadas y una de ellas, la que portaría Ampuero tenía silenciador. Estaban preparados para usarlas si era necesario y si algo hubiera salido mal, podría haberse cometido un homicidio.
Algo más que amigos
Rivarola sostuvo que la prueba directa, la pericia genética que vincula a Bonnefoi con el lugar y el momento en que se produjeron los hechos, tiene relevancia a la hora de analizar la participación criminal de Ampuero. Había alertas policiales previas que los vinculaban a ambos a una banda y a esta con la comisión de ilícitos. Uno de los testigos, el último en declarar fue contundente a este respecto, refiriéndose a datos que él habría obtenido del propio Soto y que identificaban a Ampuero con la cabeza de la organización. Esto se corrobora con los dichos de las víctimas que indican que el que llevaba la voz de mando era el mas alto de los tres malhechores.
Aquella mañana, luego de cometer el hecho, Ampuero fue parado en un control policial manejando el vehículo que había sido alquilado por Bonnefoi. Era el mismo auto que luego de ser peritado se puso determinar que impactó contra unas piedras en la zona donde se produjo el cambio de autos, es decir donde fue abandonado el automóvil del gerente y cambiado por otro auto. La pericia a piedras halladas en el lugar indican la compatibilidad del los golpes del rodado con la impronta dejada en esas piedras.
Complicidad policial – desidia judicial
Según uno de los testigos, cuando se brindó información a la policía respecto de la sospecha en relación a esta banda, un policía de la Brigada de Bariloche, habló con Soto y le dijo que saque las cosas que puedan incriminarlo porque podría haber allanamientos.
Por otra parte el Fiscal señaló que la justicia de la provincia de Río Negro actuó con cierta desidia. De hecho se había solicitado información sobre otras causas que se tramitaron en contra tanto de Ampuero como de Bonnefoi y esa información nunca fue remitida. También habría habido demoras en la autorización de medidas de investigación.
Otros indicios
La altura y contextura física de Ampuero fue considerada un indicio más que robustece la plataforma probatoria. También la información que surge de los puestos camineros y de Gendarmería y de la propia declaración del coimputado Rubén Cámara que dice que fue Ampuero quien le entregó la mochila en la que se encontraron las armas, las capuchas y la ropa usadas en el asalto. El Fiscal sostuvo que si bien no puede tomarse esta declaración como la de un testigo, ya que no fue bajo juramento de ley, no puede desconocérsela y esa declaración está.
También el testimonio de la mujer que levantó Ampuero en la Villa Mascardi, la que habló del gnomo que llevaba Ampuero en el vehículo (lo traía de la casa de Cámara) y de la cantidad de hojas de álamo que había a los pies del acompañante. Frente a la casa de Saugar hay una gran alameda que se constituye en un lugar estratégico para vigilar la vivienda, y obviamente para que se mantuviera allí apostado un vehículo a la espera de la hora de darse a la retirada. Ampuero vinculó esas hojas a otro lugar, pero no acreditó esas aseveraciones.
Fugas 1 y 2
Rivarola uso como elemento incriminante, a la actitud de Ampuero frente al proceso. La primera fuga, luego de cometido el hecho, sostuvo que nunca podría vincularse a un mal entendido, como planteó Ampuero. Ya que desde el día en que se realiza el primer allanamiento en su vivienda, el 24, ya sabía claramente a qué hecho se lo vinculaba. Y la segunda fuga, luego de ser apresado por los carabineros en Chile, convierte en mas evidente la situación, ya que estaba lejos de la policía de Río Negro a la que decía temerle y habían pasado los primeros tiempos, temores y confusiones.
El Fiscal diferenció esta actitud con la de otras personas que fueron investigadas en un primer momento, por su presunta vinculación con la causa, demostraron su inocencia y hasta se les pidió disculpas. En este último punto se refirió a un sujeto al que se le habían secuestrado armas y dinero que luego debieron devolvérsele porque acreditó su legítima propiedad.
La captura de Ampuero tampoco fue común. Se realizó en medio de una persecución que implicó un disparo de un arma policial que dio en una de las piernas de Ampuero. Al requisarlo, le quitaron un arma de fuego que llevaba consigo.
Justicia
Finalmente y antes de plantear su pedido de condena por los delitos investigados, el Dr. Rivarola, coincidió con Ampuero en su intención de que en este juicio se haga justicia.
Pedido absolutorio
Después de un cuarto intermedio de casi dos horas habló la Defensa, pasadas las tres de la tarde. La letrada retomó la declaración de su representado para marcar su teoría del caso y requerir que se lo declare inocente.
2 comentarios:
este es un hecho interesante con ribetes cinematográficos, me gustaria publiquen como fue el hecho y como dieron con los autores que ahora juzgan, ... eso de la investigación.
Si ingresás en el link que habilitado en el título "El hecho" vas a pasar a la audiencia preliminar donde el Fiscal hizo el relato del hecho según la acusación. Gracias por la sugerencia. Seguramente con la sentencia agregaremos algo mas sobre como sucedió todo aquellos días.
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