EL PEOR ENEMIGO DE CABRAL ES LA CIENCIA
La frase dicha por el Procurador General de la Provincia, Jorge Miquelarena, en el marco del acto en el que el Gobernador anunció una millonaria inversión destinada al equipamiento de la policía científica, marcó tal vez, la bisagra que definirá la decisión del Tribunal que juzga a Roberto Cabral. Fue citada por el Fiscal en su alegato, indicando que es la prueba científica la que permite colocar a Cabral en la casa de la víctima la noche del asalto, descartando así que a ese horario hubiera estado en su casa. Sin embargo el Defensor interpretó que, en este caso, la ciencia no logró demostrar que su defendido sea culpable del grave robo. El lunes a las 18 hs. se conocerá la sentencia del Tribunal Colegiado integrado por los Dres. Cristina Jones, Jorge Eyo y Jorge Criado.
El Fiscal Martín Zacchino inició su alegato ponderando los puntos débiles de la investigación y las fortalezas de la Defensa, para luego rebatir estas últimas con prueba indiciaria testimonial y científica. Así, señaló que Cabral, según su coartada, a la hora en que se cometió el hecho juzgado, cocinaba la cena junto a su madre y cenó en su casa con vecinos, miraron televisión y luego se acostaron. “Destaco también que Roberto Alejadro Cabral es un buen vecino, y esto se traduce en que es un buen chico, que es un chico apocado, callado, introvertido, que no sale, que no tiene amigos, que sale como mucho a unos cien metros a comprar cigarrillos o en algunos casos, a acompañar a su madre a hacer algunas compras al centro de la ciudad. Tenía trabajo, era un chico trabajador, conoce algunas tareas de albañilería, que ha hecho algunas changas de jardinería, cortando el pasto…”, indicó Zacchino, recordando que tenía un trabajo estable en Perito Moreno y luego en época de receso regresó a Esquel a acompañar a su madre. Ninguno de sus conocidos puede creer que él haya sido el autor de un hecho delictivo violento.
Indicios
En su valoración de lo arrojado por la investigación, el representante del Ministerio Público Fiscal marcó cuales son los indicios que señalan como autor del hecho a Roberto Cabral. Varios elementos indican que, al menos una de las dos personas que ingresó conocía el lugar, sabía que la dueña de casa era una mujer mayor y que vivía sola, y conocía los movimientos de ella y sus familiares – un año atrás Cabral había realizado tareas de jardinería en esa vivienda en mas de una oportunidad -. También se estableció que los autores del hecho se habrían movilizado en un Fiat Duna azul y en la casa de Cabral hay un Duna azul, aunque el dice no usarlo y también que no habría sido movido del lugar en los quince días previos al allanamiento realizado horas después del hecho. Dentro del automóvil se encontró un guante de látex, del tipo que según la descripción de la víctima usaban sus atacantes. El imputado es un hombre de altura superior a la media y este fue otro de los datos suministrados por la víctima respecto de uno de los dos asaltantes, dato corroborado por el Lic. Ehnes al indicar que uno de los que ingresó tenía una talla superior al metro setenta y cinco. Los elementos secuestrados en un allanamiento realizado en la casa de Cabral fueron reconocidos por la víctima como prendas que tenían sus agresores, y uno de ellos, el calzado, arrojó resultado positivo en las pericias de compatibilidad con improntas levantadas en el recorrido que debieron realizar los ladrones.
Un mes después del hecho, la víctima declaró y participó de un reconocimiento de voz. Ella pudo identificar la voz de Cabral, en una escueta frase, entre otras voces, como la de uno de sus atacantes.
La reconstrucción del hecho
Según los resultados de la investigación, los asaltantes ingresaron por un terreno baldío que linda con el patio trasero de la vivienda de la mujer asaltada. Ellos entraron por allí, el de mayor porte sostuvo sobre sí al otro y este último cortó los 5 hilos de alambre de púa, colocado sobre el paredón. Por ese lugar ingresaron y se dirigieron a una puerta lateral que no se observa a simple vista, sino que se presume como conocida de antemano por alguno de los intrusos. A patadas fracturaron la puerta y por allí ingresaron sorprendiendo a la mujer octogenaria. La redujeron, intentaron atarla con alambre a una silla, no lo lograron, ataron sus manos a la espalda y la tiraron sobre una cama boca abajo, dejándola en ese lugar. En medio de estas acciones, intimidaron a la mujer para que les dé el dinero, trataron de entrar a un dormitorio y debieron desistir porque se los impidió una perra dóberman enferma. Antes de irse se hicieron de $250 y una alianza.
La víctima, con las dificultades físicas propias de su avanzada edad, debió permanecer toda la noche en esa posición, hasta que a la mañana siguiente cuando llamó su hija, notando esta que algo malo pasaba, llamó a la policía. Recién a las 8 hs. de la mañana siguiente, diez horas después del asalto, la víctima fue liberada. Por este hecho sufrió lesiones graves en sus hombros. Lesiones que le dejaron secuelas con las que convivirá por el resto de su vida.
La traba que nunca está
La puerta de acceso frontal de la vivienda tiene una traba interna que no suele colocarse. Cuando llegaron al lugar a la mañana se encontraron con que la puerta no podía abrirse con la llave y la policía debió violentarla para ingresar. Adentro se encontraron con la víctima, en la misma posición en que había sido maniatada la noche anterior.
Esa traba nunca se colocaba por precaución. Justamente por tratarse de una persona mayor, su hija tenía una copia de la llave de acceso para poder entrar en cualquier circunstancia en que su madre precisara ayuda. Si la traba se colocaba ella no podría entrar.
Esa noche, la mujer alertó a sus asaltantes que iría su yerno. Lo mencionó por su nombre. Según la presunción Fiscal, uno de los asaltantes, Cabral, sabía de quién se trataba, y también sabía que tenía la llave de la puerta de acceso y que existía allí una traba. Él debió haber colocado la traba para evitar que este entre fácilmente.
Zacchino sostuvo que muy probablemente los asaltantes no quisieron que la mujer pase por esa situación de sufrimiento físico en la que la dejaron. Pensaron que pronto llegaría su yerno y solo intentaron demorar el encuentro entre ambos para asegurar su propia huída.
Robo y Privación de la libertad
Luego de un pormenorizado análisis de la prueba y de oralizar la estructura de su caso de cara a los Jueces, el Fiscal pidió que se declare a Roberto Cabral, autor responsable del Robo doblemente agravado, por escalamiento y por efracción, en concurso real con Privación ilegal de la libertad, del que fue víctima una mujer octogenaria el 8 de julio de 2008 en una vivienda ubicada en San Martín entre Alberdi y Pellegrini de Esquel.
Pedido absolutorio
El Defensor particular, Daniel Sandoval, fundó su alegato en los elementos que sostienen la coartada de su pupilo y en lo que calificó como flaqueza probatoria de la Fiscalía, requiriendo así que por el principio que impone que la duda debe ser ponderada a favor del reo, se decrete la absolución de Cabral.
“Independientemente de haber (el Fiscal) utilizado la frase del Procurador de la Provincia, de que la ciencia es el peor enemigo de los delincuentes, también debo decir que lamente en este caso, la ciencia no pudo contribuir como realmente debería haber hecho para analizar el presente caso”, apuntó el Defensor.
En este marco solicitó también que se rechace la calificación Fiscal del delito, considerando que la privación de la libertad descripta por Zacchino está contenida por la figura del robo.