jueves, 14 de marzo de 2013

Tentativa de homicidio



ALEGARON LAS PARTES

En la tercera jornada de juicio concluyó la prueba testimonial y se escuchó el planteo concreto de la Fiscalía y la Defensa. Zacchino mantuvo su pretensión original en relación a dos de los tres hechos imputados. En el segundo de los hechos sostuvo que a su criterio no se logró obtener en el debate la prueba objetiva para demostrar la intención de matar del imputado, por eso retiró la calificación de homicidio en grado de tentativa. El defensor rechazó la acusación, admitiendo únicamente la existencia de la desobediencia a una orden judicial, aunque relativizó su gravedad pidió que en su momento se aplique la pena mínima para este delito. En una semana se conocerá la resolución del tribunal.

Javier Allende, José Colabelli y Camilo Pérez integran el Tribunal que se retiró a deliberar pasadas las dos de la tarde del jueves. Deberán analizar la prueba presentada y decidir si esta es suficiente para derribar la presunción de inocencia del imputado. Para decidirlo deberán sopesar los argumentos dados por Martín Zacchino y Hugo Cancino a la luz de testimonios y pericias. Cada elemento aportado deberá engarzarse con el resto para reconstruir una historia posible.

Uno de los puntos de disidencia entre las partes se refirió al primero de los hechos imputados, el ocurrido el 21 de enero del año pasado. La Fiscalía sostiene que Garcet fue a buscar a la víctima a su casa para pelear y que la víctima respondió dispuesto a dar pelea mano a mano, sin embargo el imputado lo sorprendió al sacar un cuchillo, situación para la que no estaba preparado. El defensor dice que el damnificado también estaba armado con un cuchillo y que lo que se produjo no fue otra cosa que un duelo consentido por ambos contrincantes. También sostuvo Cancino que la intervención del vecino que gritó e hizo cesar la situación de peligro evidencia que no había intención de matar, porque si la hubiese habido, su defendido habría seguido adelante hasta concretar el crimen. Zacchino sostiene que la cantidad de heridas recibidas por la víctima, al menos cuatro, los lugares elegidos para dos de ellas y la existencia de heridas de defensa, sin que el imputado recibiera una sola, dan cuenta de que el damnificado estaba desarmado y no esperaba encontrar a su rival con un arma blanca.

En relación al segundo hecho el meollo a resolver está dado por la portación del arma y la realización de los disparos. Mientras que la Fiscalía sostiene que el autor fue el imputado, el defensor sostiene que fue quien figura en la investigación como víctima. Para apoyar su teoría el fiscal no solo cuenta con los dichos de la víctima sino fundamentalmente con un estudio de dermonitrotest que encontró restos de deflagración de pólvora en las manos del imputado y la pericia realizada en el arma que se secuestró en el lugar, indicando que esta había sido disparada recientemente. El defensor planteó que el disparo del arma en un cuarto cerrado podría haber producido que la pólvora se esparza y que obviamente contaminó a su defendido que estaba en el lugar. El fiscal rebatió este argumento señalando que la posición del defensor es contradictoria ya que en un primer momento se apoyó en el acta policial que da cuenta de que el disparo se habría producido en el exterior de la vivienda.
Este hecho tuvo una segunda parte que se produjo cuando el imputado regresó a la casa del damnificado, momentos después, muñido de un cuchillo. Aquí tuvo lugar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo en el que el atacado ganó la pelea produciendo lesiones en Garcet con el mismo elemento que este llevaba para agredirlo. La defensa cree que el damnificado respondió con un exceso de alerta, atacó primero y la víctima en ese hecho fue su defendido.

Respecto de la desobediencia el defensor, si bien no cuestionó su existencia y reconoció que merece una sanción, alegó que el imputado fue aquella vez a Corcovado a ver a su novia, ya que se lo habría encontrado en inmediaciones de la casa de ella y no en proximidad de ninguna víctima ni testigo. Su desobediencia respondió a el impulso de un joven que extrañaba a la novia, según los dichos del defensor, y no a una actividad tendiente a influir en algún testigo.