La diferencia
central entre las partes está vinculada a los sucesos que terminaron con la
vida de Juan. Mientras que para la Fiscalía y la
querella, ejercida por Juan Zapata, fue la imputada quien lo apuñaló. Para la defensa esto no es así, por
el contrario, el tumulto hizo imposible determinar las circunstancias en que
Juan resultó apuñalado.
La teoría de la
acusación es que Olga tomó el cuchillo que había exhibido su pareja “y en
venganza por la acción de Juan Huenchumán, y mientras este era perseguido y
agredido por sus dos hijos, estando posiblemente en el piso, le asestó una
puñalada que le produjo la muerte”.
Por qué cree la
Fiscalía que Huichaqueo es la autora del crimen.
El fiscal propuso al
tribunal que analice en forma conjunta los indicios ya que no hay prueba
científica que marque un autor. Para empezar se refirió a la motivación que
tenía la imputada. Juan le había arrojado una botella a su marido que lo dejó
inconsciente, podría haber pensado que estaba muerto. En segundo lugar dos
testigos vieron cuando la imputada levantó del piso el cuchillo de su marido.
Ella misma reconoció haberlo agarrado. El cuchillo no fue encontrado, ni el
cuchillo que llevaba Barrera, ni el que infringió el corte en el cuerpo de
Huenchumán. Por las características ofrecidas por los testigos y por las que
arroja la autopsia, uno y otro serían el mismo. También se refirió Rivarola a la dinámica del hecho reconstruida en la pericia.
El recorrido que siguió Juan Huenchumán seguido por los hijos de la imputada y
por ella. La agresión física, su caída al piso, el lugar donde recibió la
herida y su derrotero posterior, sangrando. También tomó como un indicio en
contra de ella la conducta que desplegó con posterioridad al hecho. Huyó junto
a sus hijos, aun con una rueda pinchada.
Otro punto
controvertido lo fue la incorporación de los dichos de la víctima respecto de
quien lo habría apuñalado. Según los testigos Juan se refirió a que lo hirió
una mujer " …la Huicha, la Cecilia Huichaqueo…la c… de la huicha….la
Cecilia….la Cecilia…." La imputada no se llama Cecilia, sin embargo para
el caso de los acusadores, se probó que todo un grupo de personas, próximas a
la víctima, la conocían con ese apodo. El defensor, Marcos Ponce, desconoció el
apodo y cuestionó la veracidad de los testigos que así la mencionaron.
Ponce
planteó que la prueba producida no desmintió el relato de la imputada, ofrecido
al comienzo del debate, por lo tanto ese relato debe ser tomado como válido. También
se refirió a la creencia de que su defendida fue la autora, a su criterio se
construyó un mito que no se sostiene con la realidad.
Mañana se
sabrá cual es la decisión de los jueces Anabel Rodríguez, Ricardo Rolón y José
Colabelli.