HOY SE REALIZARON LOS ALEGATOS
La semana pasada dio comienzo el juicio que investiga un hecho de abigeato, el robo de distintos elementos en una chacra de Trevelin y el robo y privación de la libertad a un taxista cuyo vehículo apareciera volcado en el camino a La Hoya. Diego Miranda y Carlos Argentino Antilef cumplen prisión preventiva desde la audiencia del 18 de mayo de 2011, tres días después del último de los hechos.
En estos momentos se llevan a cabo los alegatos de la Fiscalía, el querellante por el hecho de abigeato, y la Defensa. El Fiscal Fernando Rivarola pretende probar que los dos imputados son los autores de varios delitos. De un hecho de abigeato, y luego de hechos de robo, en uno de los cuales privaron ilegítimamente de la libertad a la víctima.
El 14 de mayo de 2011, a las 19.00 horas aproximadamente, en la Estancia La Morocha que se sitúa sobre Ruta Provincial Nº 34, en Trevelin, Diego Miranda y Carlos Argentino Antilef ingresaron y sustrajeron de un galpón abierto cinco recados completos tipo monturas, cangallas, sogas, bastos, cojinillos y una motosierra marca Husqvarna. Los perros comenzaron a ladrar, el puestero se acercó a ver qué sucedía, uno de los imputados, portando un arma de fuego le gritó "… levantá las manos …”, mientras efectuaba varios disparos. El puestero asustado salió corriendo a pedir ayuda.
Algo más tarde, a las 05:00 hs de la madrugada siguiente, Miranda y Antilef, abordaron un taxi en la parada de calle San Martín esquina Sarmiento, y le pidieron al taxista que lo lleve a la localidad de Trevelin. Uno de ellos, presuntamente Miranda subió adelante y Antilef en el asiento trasero. En el trayecto del viaje, uno de los pasajeros le dijo al otro: “…che, vamos a buscar los recados a La Esmeralda”, por lo que al llegar a Trevelin le pidieron al taxista continuar viaje hasta la estancia, tomando por Ruta Provincial Nº 34 conocida como ruta de Los Rifleros. Pasados unos kilómetros, los pasajeros pidieron bajar del taxi para orinar, se bajaron al igual que el taxista y al subirse este nuevamente al vehículo, uno de ellos le apuntó con un arma de fuego en la cabeza, mientras el otro lo amenazaba con un cuchillo de grandes dimensiones apoyándoselo en la panza. Tras manifestarle: “… hasta aquí llegaste …”, lo hicieron bajar del taxi, le sustrajeron de manera ilegítima un celular y el dinero recaudado. Acto seguido, lo ataron en sus manos con una funda de los asientos del vehículo, lo tiraron en el asiento de atrás y continuaron viaje unos kilómetros más, uno de ellos conduciendo y el otro apuntándole con el arma. Al llegar a un lugar en medio del campo, bajaron al taxista del auto, lo obligaron a arrodillarse en la ruta y mientras uno lo apuntaba con el arma de fuego, el otro cargó varias cosas en el auto sustraídas en la chacra. Finalmente y previo amenazar al taxista con matarlo, lo dejaron abandonado en el lugar, llevándose el taxi.
Rivarola sostuvo también que, tanto al momento de los hechos como en el de su aprehensión, Miranda tenía en su poder un arma de fuego automática.
El defensor Hugo Cancino pretende demostrar que sus defendidos no son los autores de estos hechos y que la prueba no es suficiente para acreditar su participación.
El miércoles daremos mas detalles de los planteos de las partes en sus alegatos.
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