Dos audiencias se realizaron entre el miércoles y el jueves para definir
la situación del único imputado por el crimen de Nicolás Soto ocurrido en abril
de este año. El miércoles tuvo lugar la audiencia preliminar en la que fue
aceptada la acusación de la fiscalía y también la de la querella. Ambas se
diferencian en la calificación escogida para el hecho, mientras que la primera
pretende probar un homicidio simple, la segunda sostiene que se trató de un
homicidio cometido con alevosía. También fue admitida la prueba de la defensa y
abierta la etapa de juicio. A pedido de la Fiscalía se dispuso la continuidad de
la prisión preventiva hasta el debate. El jueves dos jueces confirmaron esta
decisión.
El hecho data del 28 de abril
pasado, aproximadamente a las 22:15 hs. en una vereda del Barrio 44 Viviendas,
cuando un adolescente de 15 años y su hermano (el imputado), golpearon
enérgicamente a la puerta de una casa, el imputado les dijo a los propietarios
que le dijeran al hijo de estos que se dejara de molestar o le "pegaría un
tiro con un rifle", “ que sujetaran a su hijo porque
sacaría el 22 que tenía en su casa y los iba a matar a todos”, porque ya le
había pegado un tiro a uno, y otras manifestaciones similares. Unos minutos después de iniciada
esta situación, llegaron al domicilio el joven menor de edad al que iban
dirigidas las amenazas, Nicolás Soto y otro menor. Al acercarse el menor de los
hermanos agresores le dijo al dueño de casa que con él no era la cosa "el
problema es con Nico", mientras el imputado les manifestaba que no se
hagan los locos porque tenía un cuchillo, y se los exhibió levantándose la ropa
y agregando "… los voy a cagar de una puñalada". Para evitar que se
agredan el dueño de casa intercedió separando al imputado de su hijo,
ingresándolo al terreno de su vivienda, mientras que el menor de los agresores
tomó a golpes de puño a Nicolás Soto, al tiempo que este se defendía. Cuando
Soto se cayó o se agachó, el imputado tomó su cuchillo y lo sorprendió desde
atrás apuñalándolo y provocando su muerte pese a las atenciones de urgencia que
se le dispensaron.
La Fiscal Fernanda Révori calificó
el hecho como homicidio simple en concurso real con amenazas con arma. Por su
parte Daniel Sandoval, representante legal de la querella, difirió en la
descripción del hecho señalando que Nicolás no se defendió, por lo cual el
ataque del imputado implicó un homicidio cometido con alevosía.
Esta diferencia de calificación
repercute en la expectativa de pena. Mientras que Revori planteó una pretensión
punitiva de 16 años, la calificación de la querella implica una amenaza de
prisión perpetua.
Hasta el juicio
El imputado permanece en prisión
preventiva desde la primera audiencia y esa medida vencía al momento de la
preliminar, es decir el pasado miércoles. La fiscal solicitó que la medida
persista hasta el juicio, fundamentalmente porque a su criterio perdura la
misma situación que se valoró previamente para dictar la medida: peligro de
fuga y de entorpecimiento procesal. Bruno Deias, defensor público, se opuso
enérgicamente a esta petición por entender que de ningún modo se justifica
prolongar una medida de restricción de la libertad tan gravosa, ya que a esta
altura se convierte en una pena anticipada.
El juez Javier Allende coincidió con
la Dra. Révori y determinó la continuidad de la medida de coerción hasta el
juicio.
Deias solicitó la revisión por otros
dos jueces y planteó varios cuestionamientos a la decisión. Dijo que en este
caso se tuvieron en cuenta generalidades como por ejemplo la expectativa de
pena y el riesgo de entorpecimiento a testigos sin explicar a quiénes y de qué
modo. Révori defendió la decisión y reeditó sus argumentos. Finalmente el
tribunal conformado por los magistrados Jorge Criado y Ricardo Rolón decidió
confirmar la prisión preventiva explicando que no encuentra una medida menos
gravosa que en este caso logre garantizarse la llegada de la investigación a
juicio.
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