CULPABLES
Fue unánime el voto
del Tribunal al resolver que los cuatro imputados por el robo a la Panificadora
Esquel son responsables de las conductas que les atribuyó la Fiscalía. La sentencia
fue leída por Carina Estefanía y Nelly García. El tercer juez, Alejandro
Rosales, envió su voto desde Sarmiento. El 7 de junio a las 9 hs. se realizará
el debate por la pena.
La lectura comenzó pasadas las 8 hs y se prolongó hasta las
11 hs, como estaba previsto. Los magistrados reconstruyeron lo sucedido el 5 de
febrero de 2012 en la Panificadora y se refirieron a la afectación psicofísica
que ese suceso generó en la víctima, antes de adentrarse en el análisis
relativo a cada uno de los imputados.
También analizaron cuidadosamente los planteos de las
defensas y los rechazaron. En primer lugar se refirieron a los cuestionamientos
de Horacio Hernández respecto de los videos de las cámaras de seguridad, su obtención,
su preservación y la respectiva cadena de custodia. Los magistrados entendieron
que los planteos fueron inconsistentes, infundados e incompatibles con la
actividad del defensor a lo largo del juicio.
También descartaron que existiera una "causa armada por
la policía". Este planteo fue propuesto por Hernández y Esther Cárdenas,
seguido en menor medida por Juan Zapata y descartado por Hugo Cancino. Los jueces
explicaron por qué no puede sostenerse un planteo de tal naturaleza a la luz de
las evidencias presentadas en el debate.
Silvana del Carmen Rodríguez fue encontrada partícipe
necesaria para la comisión del delito. Esta mujer que por aquel entonces
mantenía una relación sentimental con Roberto Alegre, sería la que brindó
información clave, como la fecha ideal para encontrar una fuerte suma de dinero
en esa oficina, el lugar en que estaban ubicadas las cámaras de seguridad y las
costumbres del propietario, entre otros datos. Su declaración fue valorada como
ingenua, no solo porque no resultó efectiva como respuesta para los cargos en su
contra, sino que incluso evidenció aspectos que no le resultarían favorables,
como su intento de ensuciar el honor de la víctima y de otras personas
intervinientes en el proceso.
Ni el lugar donde le fuera encontrado dinero, ni la denominación
de los billetes, ni el modo en que estaban presentados resultaron compatibles
con su versión de que se trataría de ahorros personales. Tampoco resultó
creíble que el sobre gris encontrado en su casa hubiera sido descargado por la
Panificadora y rescatado por ella para alguna utilidad personal. Todas sus
explicaciones fueron calificadas de "pueriles e inverosímiles".
Roberto Alegre fue identificado como la persona que portaba
el arma de fuego y que gatillara dentro de la boca de del damnificado, además
de haberle proferido un insulto que se interpretó como una reacción motivada
por su relación con la imputada.
Jonathan Llanquitrú era el único que no tenía capucha sino
un gorro. El damnificado lo identificó sin dudas en el juicio. Fue al único que
identificó, el único que recuerda claramente, el que lo encaró cuando salía de
la panadería. Si bien el valor de este reconocimiento no es el mismo que
hubiera tenido en un reconocimiento en rueda, los jueces interpretaron que no
puede ser obviado, sino que aporta un indicio más que de hecho se ajusta al
resto de la evidencia que luego se colectara durante el juicio.
Respecto de Raúl A. Payalef tampoco tuvieron dudas y su
declaración también resultó poco creíble. La coartada no resiste un análisis de
lógica común. Por otra parte aparece fuertemente vinculado a Alegre y
Llanquetrú, incluso en la realización de tareas de inteligencia previas. En su
caso, como en el de Llanquetrú, se encontró alta compatibilidad en el análisis
comparativo de rostro con los registros de las cámaras de seguridad.
Martín Zacchino fue consultado por los periodistas sobre la
falta de lugares de alojamiento para mujeres en los centros de detención
locales. El fiscal indicó que ese aspecto es de resorte exclusivo del Poder
Ejecutivo. La justicia cumple en dictar una sentencia en base a una
responsabilidad criminal probada, contar con el lugar para que esta se
efectivice corresponde al poder político.
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