Fiscalía y querella llegaron a juicio con
diferencias en la calificación legal, mientras que para la Fiscalía se trató de
un homicidio simple, la querella llevó la hipótesis del homicidio calificado
por alevosía. El defensor se opuso a la calificación del querellante por
considerar que la descripción del hecho no contiene los requisitos del
agravante. El tribunal le dio la razón al defensor Bruno Deias, aclarando que
si en el transcurso del debate surgen elementos que den cuenta de un homicidio
agravado, deberá mutarse la calificación legal, otorgando a la defensa el
tiempo previsto por el Código para presentar nueva prueba.
La fiscal Fernanda Révori abrió el debate relatando el derrotero de la madrugada
del 4 de mayo de 2014 que finalizara con la muerte violenta de Rojas. Los investigadores
dieron cuenta de una secuencia que se inició en un bar en el que se encontraron
el imputado y su grupo con la víctima, luego se dirigieron a la casa de los
hermanos Lara en el barrio Estación. Aproximadamente a las 5 hs. los cuatro
sujetos salieron caminando de la vivienda luego de beber y escuchar música.
Cuando llegaron a la intersección de las calles Robert y Urquiza, por razones
que se desconocen se produjo una discusión entre los hermanos Lara y Segundo
Javier Rojas. En ese contexto el imputado lo habría agredido con intenciones de
darle muerte, mediante golpes de puño, piedras y puntapiés en la zona del
rostro y la cabeza, provocándole múltiples lesiones. A raíz de los golpes
la víctima padeció un severo trauma de cráneo, un edema cerebral y como
consecuencia de ello su deceso por paro respiratorio.
Rojas tenía un retraso madurativo importante, tanto la Fiscalía como la
querella sostienen que esto le impidió evitar el trágico resultado.
El abogado Juan Zapata hizo hincapié en que el imputado conocía a Rojas,
había tenido problemas con anterioridad con el hermano de este y que decidió
darle muerte a él por su vulnerabilidad causada por su condición madurativa y
por el consumo de alcohol.
Bruno Deias anticipó que su caso pretende demostrar que la participación
de Pablo Lara en la agresión no fue la causante de la muerte de Rojas. Para la
defensa, existió una agresión previa por Sayucheque, Lara solo lo habría golpeado
una vez y no habría sido ese golpe el que le quitó la vida. “De suprimirse la
intervención de Lara en este último tramo, igual se produciría el mismo
resultado”, sostuvo Deias.
El imputado prestó declaración, aunque solo respondió preguntas de su defensor.
Relató lo sucedido aquella noche. Habló del rato que pasaron juntos en su casa,
de la bebida, de la música y de un suceso que habría despertado la ira de
Sayucheque. Dijo que el agresor le pegó patadas a la víctima en la cabeza. Luego
salieron a la calle, vio que estaban peleando e intervino él, pero solo
golpeándolo en el estómago y se fue.
Si el juicio avanza según lo previsto, las declaraciones testimoniales
podrían concluirse en dos jornadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario