Fue morigerada la medida de coerción del imputado
En
una audiencia solicitada por la defensa, el fiscal consintió la morigeración de
la medida de coerción del único imputado, que seguirá cumpliendo la prisión
preventiva en el domicilio de un familiar. El cambio en la postura asumida por
el fiscal se basó en nuevos elementos arrimados a la investigación por parte de
la defensa, dirigidos a desvincular al joven del crimen. Fernando Rivarola le
explicó al imputado que “con la misma tranquilidad que con los elementos
reunidos en su contra le comuniqué la imputación, si del análisis de los nuevos
elementos surgiera una situación diferente, la Fiscalía va a pedir un nuevo
cambio en la medida, su libertad e incluso, si fuera el caso, su sobreseimiento”.
Horacio
Hernández es el defensor particular que contrató la familia del joven imputado.
En los últimos días fueron aportados múltiples elementos a la investigación por
parte de la defensa, procurando despegar al imputado de su posible participación
en el hecho. En la audiencia de este jueves la defensa quiso producir prueba en
ese sentido, sin embargo el juez rechazó esa posibilidad, indicando que el
objeto de la audiencia se limita al pedido de morigeración de la medida de
coerción. La aclaración, que luego realizó también el fiscal, se debió a que la
prueba de cargo y de descargo, solo puede producirse en el contexto del juicio.
Hasta esa instancia es una tarea propia del Ministerio Público Fiscal, producir
los antecedentes, recibir los testimonios y toda la documentación que quiera
aportar el imputado, como el resto de las evidencias. Rivarola dispuso que en
ese mismo momento, podrían dirigirse a la Fiscalía los testigos que fueron al
tribunal con intención de declarar, para ser entrevistados. Luego todo ese
material será analizado y en función de lo que surja del análisis conjunto de
todos los elementos reunidos, el fiscal, de oficio hará las peticiones que
considere pertinentes, si se produjera una variación sustantiva que modifique
la hipótesis que maneja la investigación.
El
hecho y los elementos de cargo
Gallardo tenía 74 años cuando el 29 de agosto a las 20:50 hs. fuera
agredido brutalmente en el frente de su vivienda. El autor ingresó al jardín de
la víctima y la golpeó reiteradas veces con un elemento contundente en la
cabeza. Luego, con un cuchillo le asestó al menos tres puñaladas en el tórax.
La forense indicó que los golpes en la cabeza lo habrían colocado en situación
de anestesia. Si bien aún no se realizó la pericia dinámica. Es probable que
los golpes en la cabeza sirvieran para inmovilizar a Gallardo para luego
ultimarlo utilizando el arma blanca. Esta hipótesis habilitó la calificación
del homicidio cometido con alevosía.
Los elementos que vinculan al imputado con el hecho son indirectos. Uno
de ellos es un hecho precedente, ocurrido veinte días antes del homicidio. Se
trató de una agresión entre la víctima y el abuelo del imputado, que terminó
con asistencia médica. Luego, según consta en otro legajo fiscal, se presentó
el imputado con intenciones de agredir físicamente a Gallardo, apedreó la casa
y lo amenazó de muerte. El 29 de agosto, cuando Gallardo salió de la vivienda a
cerrar el portón, fue sorprendido por el imputado (aún no se sabe si solo o con
otras personas). Las lesiones habrían iniciado de frente y luego de espalda.
Todas producidas con un elemento contundente, por una persona probablemente más
alta que la víctima.
El elemento que la Fiscalía sospecha que habría sido utilizado para
golpearlo, es un bastón extensible que fue hallado en el vehículo que maneja el
imputado. Estaba limpio, sin embargo al ser peritado se pudo obtener una
muestra de ADN de Gallardo. El bastón tiene estructura metálica y es un arma de
defensa o ataque.
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