Fernando Rivarola sostuvo en su alegato que el análisis de
toda la prueba da cuenta de la coherencia del relato de la víctima. El estado
en el que deambuló por el pueblo de madrugada luego del abuso, la inconciencia,
las lesiones que presentaba su cuerpo… nada de esto pudo ser simulado. El fiscal
repasó los elementos obtenidos por los testimonios y pruebas periciales,
reconstruyó lo ocurrido en horas previas al hecho, se refirió al estado de la
víctima a partir del abusivo consumo de alcohol, a la pérdida del conocimiento,
el registro fragmentado de su memoria, la angustia, la desesperación, la huida,
el deambular perdida hasta llegar a su casa. Analizó las lesiones de la joven y
su compatibilidad con el delito que se le achaca al imputado, el modo en que
estas lesiones debieron producirse. Se refirió también a las lesiones del
imputado y su compatibilidad con la impronta dejada por lesiones de defensa, en
la misma zona y con características afines al accionar que la víctima dijo
haber realizado cuando “descubrió” a alguien sobre ella.
Rivarola se refirió a las muestras de ADN de la joven
obtenidas en la funda de un almohadón y en el colchón de la cama del imputado.
También se refirió a conductas violentas en relación a una ex pareja que si
bien nunca fueron denunciadas, fueron llevadas al debate por el testimonio de
su ex mujer. El fiscal sostuvo que el abuso sexual es uno de los modos de ejercer
la Violencia de Género y nuestro país asumió un compromiso internacional de
erradicar y sancionar este tipo de conductas.
La representante de la Asesoría de Familia, Verónica De
Barbieri adhirió a los planteos de la fiscalía, resaltó la participación de la
familia de la víctima durante todo el proceso, valoró la coherencia del relato
de la menor e hizo mención a los efectos del abuso en la vida de la joven.
El defensor Julián Ripa indicó que la prueba del Ministerio
Público no fue completa, contundente y certera. Señaló que quedaron dudas del
abuso, que la prueba contundente es de los momentos previos pero no del hecho
central. Habló de contradicciones y atribuyó las lesiones a los momentos en que
corría entre árboles y ramas. Apuntó que las otras personas que estuvieron en
la casa cuando, según la Fiscalía, ocurrió el abuso, no escucharon nada.
Finalmente pidió la absolución de su defendido por
aplicación del principio de la duda.
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