La historia que empezó a reconstruirse este martes en la
sala 2 de los Tribunales de Esquel, transcurrió en una conocida estancia de
Cholila. Los protagonistas son el encargado y un empleado que se desempeñaba
como casero. Problemas laborales, un despido, la resistencia a aceptarlo por el
empleado y un disparo que penetró en su hombro y que la víctima atribuye al encargado, son las que
llevaron este asunto laboral a ser investigado y debatirse en el fuero penal.
No hay diferencias significativas en las circunstancias
previas y posteriores al hecho, aunque sí se presentan con matices según la
versión que estemos escuchando. El nudo del debate se centra en el momento en
el que se produjo el disparo. La víctima sostiene que lo provocó el imputado en
el contexto de una fuerte discusión entre ambos. El imputado afirma que él no solo
no lo efectuó, sino que no estaba presente cuando el denunciante resultó
herido.
Un despido a cualquier precio
El fiscal Fernando Rivarola y el defensor José Julián Ripa,
presentaron al inicio del debate el caso que pretenderán probar. El fiscal
sostuvo que se trata de un despido a cualquier precio o de cualquier modo. El denunciante
era empleado de una estancia de Cholila, desempeñaba funciones generales, en
particular de sereno o casero. Desde un tiempo atrás comenzó a tener algunos problemas,
a partir de lo cual, seguramente la empresa ya había decidido su despido. En la
mañana del sábado 22 de agosto del año pasado, la víctima se acercó a su
trabajo con la finalidad de presentar un certificado médico que le había
extendido un profesional del hospital de Cholila la noche anterior y,
seguramente también, con la finalidad de evitar ese despido al menos mientras
durara esa licencia médica. Después de las 11 hs. ingresó a la estancia y en la
parte exterior de la vivienda que él ocupaba, comenzó a discutir con encargado,
Eduardo Gavilondo e incluso terminó insultándolo. La discusión estuvo
relacionada con las condiciones del despido y del certificado médico que no le
quería recibir. En esas circunstancias es que el imputado tomó una carabina existente
en el lugar y le apuntó al pecho efectuándole un disparo con la finalidad de
darle muerte. Ese disparo finalmente le impactó en el hombro izquierdo, ya que
la víctima con sus manos pudo desviar el caño del arma.
Luego de enunciar su caso, el fiscal sostuvo que el Tribunal
conocerá a lo largo del juicio, las características del lugar, las personas
presentes, problemas laborales previos, análisis de los médicos, etc. Finalmente
añadió que se trata de un caso de tentativa de homicidio que contiene desde su
descripción, supletoriamente, la de las lesiones graves.
El imputado no es capaz de disparar a nadie
José Julián Ripa, sostuvo que su versión de cómo ocurrieron
los hechos es totalmente distinta de la que ofrecería con posterioridad, en su testimonio
la “supuesta víctima”. El defensor mantuvo que nunca ocurrió la discusión que
se pretende probar, que mucho menos hubo por parte del imputado la acción de
empuñar el arma y dispararle. “Esta defensa no va a pretender probar ni por
asomo, que el damnificado se pegó el disparo solo. Sí vamos a probar que no
hubo la discusión, que no fue un despido a cualquier precio y mucho menos una
acción dolosa y delictual del imputado”, añadió. La defensa indicó que se
ventilarán cuestiones que tienen que ver con actitudes del denunciante de sacar
un rédito económico a un despido que ya estaba decidido y no tenía vuelta
atrás.
Durante la primera jornada fueron escuchados el imputado y
siete testigos. Están previstas otras tres dos jornadas de producción de prueba,
las que incluyen además de declaraciones testimoniales, la constitución del
tribunal en la estancia en que sucedieron los hechos el mediodía del 22 de
agosto de 2015.
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