EL PRÓXIMO VIERNES SE
CONOCERÁ LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL
Izq. Oscar Oro - Der. Dr. A. Castillo |
La Dra. Anabel
Rodríguez presidió el debate finalizado este viernes al mediodía con el alegato
de las partes y el pedido de justicia realizado por el damnificado. Los tres
imputados prefirieron no haber uso de su derecho a la última palabra. El Fiscal
solicitó a la magistrada la imposición de una pena de dos años y seis meses de
prisión y el doble de inhabilitación para Daniel Colemil, Walter
Reynoso, y Owen Paynter Almendra, por el delito de vejaciones. Por su
parte el Dr. Alejandro Castillo por la querella, pidió además la declaración de
responsabilidad por el delito de lesiones graves y solicitó la imposición de
una pena de cuatro años de prisión y el doble de inhabilitación para ejercer
cargos públicos. Los defensores, Daniel Sandoval y Carmen Galindo insistieron
en que los acusadores no puntualizaron suficientemente las conductas atribuidas
y requirieron la absolución de sus defendidos.
Pasados algunos
minutos de las 9:00 de la mañana se realizaron los alegatos en la sala de
audiencias del segundo piso de los Tribunales. Mientras el fiscal planteaba las
conclusiones de su caso, la Dra. Rodríguez interrumpió la audiencia por la
dificultad que le producía para escuchar a Oro, el sonido de redoblantes y
matracas provenientes de la manifestación que un piso más abajo realizaban los
empleados nucleados en el SITRAJUCH. Por acuerdo de las partes la audiencia
siguió adelante con algunos ajustes en los micrófonos.
Dos lugares un delito
Juez Anabel Rodríguez |
Oro sostuvo que
todo lo probado en el juicio convalidó el relato de la acusación en el que se
separaba el hecho en dos lugares. Uno en la vía pública donde se produjo la
detención del joven víctima en este caso y el otro en el interior de la
Comisaría Primera. "Fue golpeado salvajemente, vejado y detenido con
violencia", sostuvo el acusador al referirse a los episodios del 8 de
noviembre de 2009 a las 6:30 hs. en el
Barrio Ceferino.
Oro valoró el
testimonio del damnificado que dio detalles de cada uno de los momentos en que
fue agredido y precisó en qué etapa de los sucesos participó cada uno de los
policías imputados. Luego de cerrar su análisis de la prueba, el fiscal sostuvo
que actitudes como la que aquí se juzgan dan cuenta de policías que actúan como
enemigos del ciudadano, por lo que no merecen estar en la fuerza policial ya
que dejan mal parado al resto.
La querella
El Dr. Castillo
resaltó que la policía acudió aquella madrugada a partir de un llamado de los
custodios de un local bailable ubicado detrás del Hospital Zonal de Esquel. En el
lugar, los asistentes al local habían iniciado una trifulca entre grupos
antagónicos. Al llegar los uniformados, el joven víctima venía caminando por la
calle 25 de Mayo, llegaba al lugar en ese momento en dirección a su casa. Le dieron
la voz de "al suelo" y se arrojó sabiendo que nada malo había hecho. Una
vez en el piso varios policías comenzaron a golpearlo aplicándole patadas y
otros golpes por todo el cuerpo. Según la declaración del damnificado, lo
tomaron de los pelos y a la rastra lo subieron al móvil sin esposarlo. "Yo
creí que estaba muerto", dijo varias veces un testigo en el juicio.
Luego en el
pasillo de la comisaría Reinoso le habría aplicado una patada desde atrás que
le dejó una cicatriz que aún conserva. En ese recorrido recibió varios golpes
en el rostro. Luego de esto habría sido trasladado al hospital y luego recuperó
la libertad. Llegó a su casa, se tiró a la cama porque no se tenía en pie y
cuando notó que le faltaba el aire fue al Hospital donde quedó internado y fue
intervenido.
El querellante
solicitó que se condene por los delitos de vejaciones y lesiones graves,
indicando que en caso de no encontrar la juez prueba suficiente para estas
calificaciones, supletoriamente los condene por haber omitido denunciar estos
hechos que pueden ser catalogados de tortura, y de los que debieron tener
conocimiento.
Justicia
Antes de ceder la
palabra a los defensores, el damnificado habló. Resaltó que hasta ese momento
él nunca había entrado a una comisaría, que él no había participado del
disturbio que fueron a disuadir los policías, agregando también que él no tiene
nada personal contra los imputados, solo quiere que se haga justicia ya que
todo esto lo afectó físicamente, mentalmente y también afectó a su familia.
Sostuvo luego que recordar todo no le hizo bien y quiere terminar con este tema
para siempre.
Galindo y Sandoval - Detrás los imputados |
El ataque de la defensa
Daniel Sandoval
cuestionó una vez más la acusación, achacó a la Fiscalía falta de objetividad
al momento de valorar la prueba, insistió en que no es claro el rol de cada uno
de los imputados en el hecho, cuestionó la credibilidad de uno de los testigos
y concluyó una vez más solicitando la nulidad del alegato.
También pidió el
letrado que la juez no tome en cuenta los documentos en los que hay
manifestaciones de los policías referidas a su participación en el
procedimiento, sosteniendo que esto podría ser asimilado a obligarlos a
declarar en su contra. También sostuvo que la víctima estaba alcoholizada esa
noche y no pueden resultar creíbles sus dichos, como tampoco quedó a su
criterio debidamente probado que la fractura de costilla se hubiera producido
en el episodio de la detención. Finalmente pidió la absolución de su defendido.
La Dra. Galindo
fue muy breve, basándose en que no quedó suficientemente acreditada la presencia
y accionar de sus defendidos en estos hechos y por lo tanto estos deben ser
absueltos.
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