Desde el martes se realiza en los
Tribunales de Esquel un juicio en el que la Fiscalía acusó por delitos como
lesiones leves y graves, amenazas, desobediencias, violación de domicilio y
robo. Para la acusación, los delitos de lesiones son agravados por el vínculo y
por el género. El imputado declaró al comienzo del juicio para indicar que las
cosas no fueron como relata la acusación. La víctima también habló, contando su
historia, por qué permanecía en la pareja pese a las situaciones violentas y
por qué un día decidió decir basta.
La violencia
intrafamiliar fue naturalizada a tal punto en la sociedad que aun hoy, con los
avances que ha habido a nivel social y legal, condenándola, persiste la
intención de mantener estas cuestiones dentro del ámbito de la privacidad.
Al comienzo
del debate el abogado defensor pidió al juez que no se realizara la difusión
pública del debate y particularmente de la identidad del imputado. El planteo se
discutió y la resolución judicial fue en sintonía con la publicidad de los
actos de la justicia dispuesta por el Código Procesal Penal, en armonía con
normas superiores. El caso concreto no responde a ninguna de las excepciones a
la publicidad previstas por la misma normativa. La resolución judicial también
incluyó otro mandato legal, el imputado no puede ser tratado como culpable
hasta que una sentencia firme así lo establezca. Como en todos los casos, esa
es la interpretación que debe darse a cada una de las instancias procesales.
Entre las
declaraciones testimoniales del debate, este miércoles dio su testimonio la
psicóloga Luisa Pasquini. Fue una de las profesionales del Servicio de
Asistencia a la Víctima del Delito que brindó asistencia victimológica en este
proceso. Relató que en su primera intervención encontró a la joven muy
vulnerable, más aun por su corta edad. Tenía secuelas físicas y psíquicas
indicadoras del maltrato.
Pasquini hizo
mención a indicadores observados en el caso concreto, que son comunes a este
tipo de situaciones: adaptación, domesticación, híperalerta, golpes durante los
embarazos, sostenimiento de la situación por el entorno más próximo.
La fiscal
María Bottini, en su discurso de apertura, sostuvo que se probaría en el debate
que existió violencia de género en el ámbito familiar, en el marco de una
relación de poder del imputado hacia la víctima, con maltrato y golpes.
El defensor
Daniel Sandoval anticipó una teoría negativa del caso. Negó que los hechos
hubieran ocurrido tal como lo enuncia la Fiscalía y sostuvo que no se
describieron las conductas típicas endilgadas, adelantando que solicitará la
absolución de su defendido Oscar Damián Millahuala.
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